Todos somos migrantes y la morada definitiva es Dios
Avellaneda (Buenos Aires), 20 Nov. 09 (AICA)
Caminar junto a Dios
“La tierra es un vestigio del cielo; y estamos adelantando el cielo viviendo en la tierra, pero tenemos que darnos cuenta de que somos peregrinos, que todos somos migrantes y que nuestra morada definitiva es Dios. La última palabra no la tiene la muerte. La última palabra la tiene la vida. De Dios venimos, con Dios caminamos y a Dios volvemos”, dijo monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en su mensaje radial del fin de semana.
El prelado subrayó la necesidad de “saber leer, porque Dios nos salva”, aunque “a veces, por lo pesado que estamos, o porque el espíritu se nubla, o se deteriora, o se debilita, la vida se opaca y se opaca todo. Se opaca la visión.
Se opaca la visión sobre el hombre, la visión sobre el cosmos y sobre la materia”.
“¡La redención de Cristo, toca todo! -aseguró- Toca las plantas, los animales, todo el universo; toca nuestra relación y la hace totalmente nueva. ¡Pobres aquellos que no saben hacer la referencia a Dios viendo la naturaleza! Cuántas veces uno contempla un paisaje; cuántas veces uno escucha un pájaro cantar; o cuando amanece o anochece –donde parece que el sol se acostara- la naturaleza, la belleza, el silencio, la armonía, el equilibrio, producen un gozo interior en nuestro corazón y en nuestro ser. Si todo esto es vestigio de Dios ¡cómo será Aquel que hace las cosas, Dios!”
Por último, tras recordar que “somos administradores” y advertir que debemos ser “buenos administradores”, pidió a Dios que “sabiendo que su Palabra no pasará y que jamás nos va a desilusionar, nos ayude a vivir este encuentro con el Señor de la Vida y Señor de la Historia. Y que este señorío esté muy presente en nosotros para que vivamos en la luz, en la paz, en el amor y en la justicia”.+
Texto completo de la alocución
Avellaneda (Buenos Aires), 20 Nov. 09 (AICA)
Caminar junto a Dios
“La tierra es un vestigio del cielo; y estamos adelantando el cielo viviendo en la tierra, pero tenemos que darnos cuenta de que somos peregrinos, que todos somos migrantes y que nuestra morada definitiva es Dios. La última palabra no la tiene la muerte. La última palabra la tiene la vida. De Dios venimos, con Dios caminamos y a Dios volvemos”, dijo monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en su mensaje radial del fin de semana.
El prelado subrayó la necesidad de “saber leer, porque Dios nos salva”, aunque “a veces, por lo pesado que estamos, o porque el espíritu se nubla, o se deteriora, o se debilita, la vida se opaca y se opaca todo. Se opaca la visión.
Se opaca la visión sobre el hombre, la visión sobre el cosmos y sobre la materia”.
“¡La redención de Cristo, toca todo! -aseguró- Toca las plantas, los animales, todo el universo; toca nuestra relación y la hace totalmente nueva. ¡Pobres aquellos que no saben hacer la referencia a Dios viendo la naturaleza! Cuántas veces uno contempla un paisaje; cuántas veces uno escucha un pájaro cantar; o cuando amanece o anochece –donde parece que el sol se acostara- la naturaleza, la belleza, el silencio, la armonía, el equilibrio, producen un gozo interior en nuestro corazón y en nuestro ser. Si todo esto es vestigio de Dios ¡cómo será Aquel que hace las cosas, Dios!”
Por último, tras recordar que “somos administradores” y advertir que debemos ser “buenos administradores”, pidió a Dios que “sabiendo que su Palabra no pasará y que jamás nos va a desilusionar, nos ayude a vivir este encuentro con el Señor de la Vida y Señor de la Historia. Y que este señorío esté muy presente en nosotros para que vivamos en la luz, en la paz, en el amor y en la justicia”.+
Texto completo de la alocución
AICA - Toda la información puede ser reproducida parcial o totalmente, citando la fuente
Comentarios