FIELES DE LA DIOCESIS AVELLANEDA LANUS EN LUJAN


Renovado compromiso con la fe y la acción en Luján
Luján (Buenos Aires), 8 document.write(meses(9)); Set. 09 (AICA)
Fieles junto a la Virgen de Luján

Con el lema "Madre, enséñanos a ser discípulos misioneros", la feligresía de la diócesis de Avellaneda-Lanús peregrinó este sábado al santuario de Nuestra Señora de Luján, para dar gracias a la Virgen María consagrando el trabajo diocesano de este año, dedicado a la comunión y continuando con el Plan Diocesano de Pastoral, y rezar por la santificación de los sacerdotes y por las vocaciones sacerdotales y religiosas.

El obispo diocesano, monseñor Rubén Frassia, presidió la misa, concelebrada por los sacerdotes diocesanos, y luego se rezó el rosario en procesión por la plaza Belgrano, frente a la basílica.

En la homilía, el prelado exhortó a ponerse “en actitud de oración; esa actitud de saber que nuestra vida, si no rezamos, no alcanzamos a vivir con sabiduría”.

“Si sabemos muy bien que el mundo está mal, que nuestra patria está mal, que las leyes que se nos dictan algunas de ellas me parece que están muy mal –como últimamente la despenalización de la droga, que me parece una insensatez porque no responde, como debería hacerlo, a todo lo que significa nuestra vida y la vida de los hijos. Con estas leyes se debilita la patria potestad, porque si los padres dicen ‘no hagas esto’, el hijo le puede responder ‘yo lo puedo hacer porque la ley me lo permite’. Así se debilita la patria potestad imprudentemente”, subrayó.

Tras insistir en que “como Iglesia tenemos que pedirle a la Virgen tener capacidad de oración”, advirtió que “si no rezamos, no vamos a crecer. Si no rezamos, no vamos a madurar. Si no rezamos, los gestos que provoquemos serán mediáticos y quedarán en la desilusión de lo mediático”.

“Tenemos que pedir a Dios -reclamó- la verdad de lo que significa la fuerza de la oración, ¡pero de adentro!, ¡que nos toque!, ¡que nos conmueva!, ¡y que nadie nos saque del lugar donde Dios nos ha puesto, donde la Virgen nos ayuda y nos acompaña!”

También, dijo, “venimos a pedirle a la Virgen que, como Iglesia, nos demos cuenta que tenemos que vivir con mucha fuerza, con mucha convicción. Si no estamos convencidos no vamos a convencer a nadie. Si reducimos el mensaje de Cristo a nuestra experiencia, a nuestro estado de ánimo o a nuestras situaciones o pensamientos, no vamos a transmitir lo que tenemos que transmitir”.

El prelado instó a “incidir en la cosa pública, en la sociedad. La fe y la vida no son la fe por un lado y la vida por otro. La fe tiene que incidir en la vida. Como católicos, como hijos de Dios, como hijos de la Iglesia, tenemos que incidir en la cosa pública, hacerla bien, modificarla, perseverar ¡y resistir!”

“¡Tenemos que resistir para que las cosas malas no nos hagan mal! ¡Tenemos que perseverar en las cosas buenas, provocarlas y producirlas para nosotros y para los demás!

Por último, monseñor Frassia pidió que “próximos al bicentenario, en un paso cualitativo de habitantes a ciudadanos, que nuestra fe incida en las actitudes, en los compromisos y también en las costumbres”.

+Texto completo de la homilía
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