RESUMEN DE LA AGENCIA INFORMATIVA PELOTA DE TRAPO

La resistencia ambiental

03/12/08


Por Oscar Taffetani


(APe).- Cerro Alegre ya está dejando de hacerle honor a su nombre. Ese pueblo, lo mismo que otros de Soriano, Uruguay, sufre la pérdida de las napas de agua potable, debido a la plantación masiva de eucaliptus para las pasteras.


Ciento cincuenta familias de Cerro Alegre -se ha denunciado- reciben el agua potable en camiones cisterna, porque se secaron los pozos del pueblo y para encontrar agua deben hacer perforaciones profundas, muy costosas.
De este lado del Uruguay (que en guaraní significa “río de los pájaros”) los montes se están quedando -paradójicamente- sin pájaros.
Se ha denunciado que miles de palomas, loros y cardenales murieron recientemente, debido al empleo abusivo de agroquímicos.
“En 34 hectáreas -relató el guardafauna Alfredo Casella a un matutino de Buenos Aires- registramos unas 30 mil aves muertas, principalmente palomas y loros, pero también especies como cardenales; y al ser época de nidificación, por cada hembra muerta hay que contar cuatro huevos que quedaron sin incubar”.
“Pudimos determinar -completa el cronista- que el veneno tenía efecto residual, ya que junto a cadáveres en mal estado había pájaros todavía agonizantes. Además, en cuanto morían se les reventaba el buche y el grano quedaba expuesto a ser comido por otro pájaro. También murieron comadrejas, zorros, zorrinos, peludos, caranchos, chimangos, halcones y halcones peregrinos, por consumir pájaros intoxicados...”
Estas cosas que pasan (catástrofes, para decirlo con precisión) la tienen sin cuidado a Botnia. Porque Botnia no se ocupa de plantar álamos ni eucaliptos en Soriano, sino de comprárselos a las empresas -uruguayas o no- que los producen.
Tampoco están preocupadas Dow Agro Sciences, ni Monsanto, ni las otras productoras de agroquímicos, por los pájaros que se mueren en los campos linderos al río de los pájaros. Ellas sólo venden herbicidas (así lo explicarán sus abogados), pero no los aplican, ni determinan los ritmos y las cantidades.
El Estado (bobo) argentino y el Estado (bobo) uruguayo, por otra parte, se limitan a cumplir con el papel que el poder trasnacional les ha asignado en este ciclo de la economía mundial.
Entonces, desde los municipios e intendencias, desde las gobernaciones y aún desde el gobierno central, reciben guardapolvos, cajas de alimentos, pequeñas donaciones y coimas (oh, coimas) para hacer la vista gorda, para hacer la vista ciega o para dejar pasar, sin más trámite, a los ejércitos de la destrucción ambiental.
Todo bien en Cerro Alegre. Aunque ya no hay agua. Todo bien en el río de los pájaros. Aunque se está quedando sin pájaros.
Políticas de Estado
En una columna publicada en El Argentino de Gualeguaychú, a comienzos de este año, decíamos que la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) -firmada por todos los presidentes del Cono Sur el 31 de agosto de 2000- no era otra cosa que un plan maestro para la adecuación de las economías del subcontinente a las necesidades del poder económico trasnacional.
Los presidentes que firmaron aquel documento (De la Rúa, Batlle, Fujimori, Banzer, Noboa, Cardoso, Lagos y González Macchi) ya no ocupan sus respectivos sillones presidenciales. Y sus gobiernos, en casi todos los casos, terminaron mal. Sin embargo, la IIRSA sigue en ejecución, sin que se hayan modificado un ápice su propósito ni su espíritu.
“El llamado Eje de Capricornio de la IIRSA -escribimos- trabaja sobre la circulación de materias primas y mercaderías del Atlántico al Pacífico y viceversa, uniendo puntos estratégicos como las zonas francas del norte de Chile, los yacimientos bolivianos de El Mutún y las acerías y puertos brasileños, con un convidado de piedra energético, llamado Paraguay”.
“El llamado Eje de la Hidrovía Paraguay-Paraná trabaja sobre la antigua ruta de El Dorado que ensayaron los conquistadores españoles para llevarse el oro y la plata del Potosí, hace cuatro siglos. En ese Eje, el río Uruguay, su cuenca, los pueblos ribereños y su gente ocupan apenas un subcapítulo”.
“Entre las obras para ese subcapítulo figuran la Mejora de accesos e infraestructura portuaria del puerto de Nueva Palmira; la Circunvalación vial Nueva Palmira y sistemas de accesos terrestres a los puertos y la Construcción del ramal ferroviario Mercedes-Puerto de Nueva Palmira. Para esos proyectos, muchos diseñados a la medida de Botnia, ya se ha acordado una inversión binacional de casi 500 millones de dólares, facilitada por el BID...”
Por eso, cuando leemos en un titular de estos días que “Botnia ya produce tanta celulosa como 30 papeleras argentinas” (Clarín, 9/11/08), no hacemos más que verificar que la única política de Estado que se cumple sin variaciones ni altibajos es aquella que está determinada desde los centros del poder trasnacional.
Y cuando Michelle Bachelet y Cristina Kirchner, mandatarias de dos países en donde las reservas de agua dulce son estratégicas, levantan la protección ambiental sobre los glaciares de la Cordillera, permitiendo que mineras depredadoras como Barrick Gold dinamiten montañas, cambien el curso de los ríos y contaminen las aguas con cianuro, verificamos una vez más ese triste escenario.
Combate desparejo
La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, creada a partir del conflicto con Botnia, sigue funcionando. Han intentado de mil maneras desviarla, desacreditarla, hacerle cometer errores o bien licuarla en un mar de indiferencia, pero sigue allí. Gualeguaychú fue una campanada de alerta y un ejemplo para otras comunidades, a ambos lados del río.
Aunque la trama de intereses abarque hoy la entera superficie del globo, el ejemplo de Gualeguaychú, lo mismo que el de la victoriosa Asamblea de Esquel, quedarán allí plantados y alerta, como un mensaje claro a las generaciones que vienen.
Las batallas de la resistencia son múltiples y pequeñas. Funcionan por acumulación. Se propagan como mensajes llameantes en un mundo cansado y sin esperanzas. Saludemos la llegada de esas batallas.Si hay conflicto ambiental es porque han aparecido (por fin) las voces en disonancia. Si hay conflicto ambiental es porque la vida, en sus múltiples y secretas formas, se abre camino.

Gorilas en la oscuridad


02/12/08
Por Alfredo Grande
“en el mundo de las apariencias, las apariencias no engañan” (aforismo implicado) 50 mil familias afectadas por cortes de luz en el día más caliente del año.


Cambio en el discurso oficial: Otra crisis que no existe ni existirá jamásMientras Buenos Aires se transformaba en un horno con 40,1 grados de sensación térmica, la red eléctrica evidenció nuevas fallas y dejó sin suministro a 50 mil familias en el área metropolitana. Voceros de Edesur y Edenor aseguraron que “sólo se trata de un problema meteorológico”. “A pesar de los 40 grados de sensación térmica, todos los sistemas de media y alta tensión funcionaron, los 44.000 cortes tienen que ver con problemas en la red de baja tensión a causa de la excesiva demanda en medio de la ola de calor”, detalló De Vido en declaraciones a la prensa. Aseguró que el país cuenta con el volumen energético necesario para hacer frente a la contingencia climática, tras haber registrado ayer un récord de generación, de 385,5 gigavatios. (Crítica de la Argentina 28/11/08) (APe).- “Primero la patria. Después el movimiento. Por último, los hombres”. O algo por el estilo. La Patria en sus diversas acepciones y los hombres en sus diversas acepciones. En una Patria liberada puede haber esclavos, así como en una Patria Esclavista puede haber hombres libres. No aclaro que “y mujeres” porque cuando se escribió la sentencia del comienzo del artículo, las cuestiones de género no estaban al orden del día y mucho menos al desorden de la noche. No es tranquilizador que los hombres estén subordinados a la Patria, porque de este modo la confusión entre lo Universal y la Totalidad puede terminar en masacres y exterminios. Es decir: lo Universal del capitalismo no significa que todos sean capitalistas. Yo por ejemplo, soy cooperativista. Y lo Universal de que varios millones de usuarios dispongan de luz eléctrica no significa que la totalidad de los usuarios tenga energía eléctrica. Y acá aparece el momento de decisión del funcionario. ¿Mayorías silenciosas o minorías hincha pelotas? Si los que todavía algo o poco o mucho tienen no ladran, y mucho menos muerden, ¿para qué detenerse en los rugidos de ratón o los bostezos del león de los míseros porcentajes que son deprivados de lo esencial? Kilos de helados tirados a la basura, heladeras estalladas por la electricidad maníaco depresiva, semáforos más sicóticos que de costumbre, enfermos, viejos, vagos, niños, atrapados sin salida mientras observan a las inútiles bombitas de bajo consumo. Nada de eso importa demasiado, porque no son estadísticamente significativos. La mayoría manda y la minoría acompaña o se jode. Si un médico atendiera a un joven con ladilla (pitiurus inguinalis) un mito urbano decadente, podría decir con la lógica del ministro del imposible: “seguí rascándote mientras te digo los porcentajes actuales de los boludos que se contagian como vos” . La lógica de lo Universal no se paga de excepciones, ni de míseros porcentajes, y mucho menos de las situaciones concretas. Si puede ser cierto que la “parte no es el todo”, conviene estar advertido que tampoco “el todo es la parte”. Porque si el todo es la parte, entonces entramos en el peligro de privilegiar la Unidad sobre las diversidades. Una fábrica de aforismos no implicados podría ser: “la mitad más uno es todo”; “el Estado somos todos, pero sólo algunos cobran”; “la excepción confirma, y casi siempre vota, a la regla”; “los argentinos somos humanos, demasiado humanos”; “la felicidad, jajajá, es electricidad, jajajá”; “el cambio recién empieza, comprá linternas”; “¿y que hiciste de la luz que me juraste?”; “edenor, edelab, edesur, las tres son un amor”. Parafraseando al Martín Fierro, podría cantar que: “estas cosas y otras muchas, medito en mis soledades, sobre todo cuando al viejo, le faltan electricidades”. Por lo tanto el tema de los cortes de luz, y por lo tanto de agua, que si bien hay que ahorrar no era para tanto, no es un tema de Estado. Porque al Estado, ese gigante con pies de tarro, solo le interesa aquello que haga sombra, pero no la del pelo más fino, sino la de una peluca tipo león de la metro. Tenemos otros costos sociales para estas nuevas formas del ajuste, que piadosamente el ministro del imposible anuncia con disimulada alegría: “no habrá más subsidios”. Traducción: comprar vaselina pote grande para el aumento de las tarifas. No sería raro que estos cortes, que no son estadísticamente significativos, sean una especie de aviso, advertencia o amenaza (la triple A de todas las prestadoras de servicios) para que ante los aumentos inevitables de las facturas, nadie ose protestar por terror a la expropiación del servicio. Poniendo estaba la gansa y los gansos, y si no que lo diga Marsans que encontró la forma de que nosotros paguemos las deudas de aerolíneas y los aviones sigan siendo ajenos. Por supuesto que ante los ataques del fascismo esto es poca cosa, pero no deja de ser nauseabundo que millones de personas que nunca podrán subir a un avión, tengan que pagar los platos que rompieron los españolitos. ¡Linda manera de prepararse para el bicentenario! Por eso estamos frente a una nueva etapa de las privatizaciones. Demonizadas en lo discursivo, son ratificadas una y otra vez en los actos concretos. Por supuesto, pagarán multas, reconocerán daños y perjuicios. Los trámites quizá sean un poquitín engorrosos, sobre todo para impacientes ciudadanos que no entienden que estamos bien y que vamos mejor. Por último siempre queda el recurso, repetido pero útil, de utilizar una declaración pública lapidaria: “no nos preocupemos por los que protestan: son gorilas en la oscuridad.”
Si desea enviarnos un mensaje, puede hacerlo a agenciapelota@pelotadetrapo.org.ar

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