RESUMEN DE LA AGENCIA INFORMATIVA PELOTA DE TRAPO

Los desnutridores





26/05/08




Por Carlos del Frade




(APe).- La desnutrición está definida como una enfermedad pero, en realidad, se trata de la consecuencia física, existencial, de un sistema económico que concentra riquezas en pocas manos y multiplica pobreza entre millones. En el medio, se supone, debería estar el Estado para paliar los efectos o, en el mejor de los casos, transformar la realidad para que miles y miles de pibas y pibes no sean condenados aún antes de pronunciar la palabra mamá. Sin embargo, las noticias que llegan desde una de las provincias más ricas de la Argentina, Entre Ríos, comienzan a descubrir que así como hay desocupadores y desaparecedores, habrá que comenzar a pronunciar la palabra que informa sobre los desnutridores. Aquellos funcionarios que sin marcar un solo rastro de vergüenza llevan adelante supuestos planes para pelear contra el hambre y que garantizan comida para menos de una semana. ¿Cómo será el alma de los desnutridores? ¿Qué tipo de pensamientos tendrán a la hora de constatar la cifra que destinan para gambetear los efectos de la pobreza y el precio de los alimentos que se supone debe comprar la gente? Hay un programa llamado Refuerzo Familiar. Desde hace tres años se reparte en forma de bonos que por medio de troqueles se cambian por comida. La indecencia del papel tiene distintas dimensiones, pero el mayor nivel de hipocresía está en los montos. Cuarenta y siete pesos por mes es el total de la ayuda. Doce pesos para carnes, cuando el kilogramo de asado está por encima de los diez pesos; cuatro pesos para huevos, cuando la media docena está por arriba de esos valores y cinco pesos para aceites, grasas y manteca que no alcanzan ni para cubrir los costos de una unidad por rubro de esos alimentos. ¿Cuánto tiempo duran esos 47 pesos para las familias desesperadas? ¿Qué refuerzo familiar suponen esos 47 pesos mensuales? La cifra, una vez más, desnuda el tamaño del desprecio para con los sectores populares, el nivel de falsedad cuando se habla de preocupación o “lucha permanente” contra la pobreza, porque con esas cifras -en realidad- hay una consagración de la desnutrición como variable cotidiana. El Programa es una decisión del gobierno nacional, una clara señal que demuestra qué entiende la administración de Cristina Fernández cuando habla de distribución de la riqueza. Con esos montos, en concreto, se multiplica la pobreza y crecen los génesis de nuevas existencias desnutridas. La información sostiene que ya el denominado Centro de Almaceneros de Paraná “decidió no recibir los bonos este mes por atrasos en los pagos” y que muchos comerciantes desde hace tiempo no aceptan los troqueles. Algunos de los consultados por los medios de comunicación regionales calificaron el monto y la demora en pagar esos bonos como una “verdadera vergüenza porque son para evitar la desnutrición”. Una verdadera vergüenza que es el resultado de la impunidad de un nuevo actor político social en la historia argentina, los desnutridores.
Fuente de datos:Diario Uno - Paraná 13-05-08

Sísifo y la deuda




16/05/08




Por Néstor Sappietro




(APe).- El último informe de la Secretaría de Finanzas señala que la Argentina tiene obligaciones por 144.728 millones de dólares, equivalente al 56% del PBI. Los números oficiales indican que en los últimos dos años la deuda creció y que, medida en dólares, es mayor que durante la crisis que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa. La información, sin proponérselo se transforma en una alegoría a la metáfora de Sísifo, aquel a quien los dioses griegos habían condenado a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Como decía Albert Camus, refiriéndose a la condena impuesta al rey de Corinto: “Los Dioses habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza”. El sentido común, que nada entiende sobre los vericuetos de la economía, encuentra datos que desconsuelan: La gestión Kirchner desembolsó más de 50 mil millones de dólares en pagos de la deuda pública y, sin embargo, debemos más que en 2001. Allí aparece el desconsuelo del trabajo inútil y sin esperanza. La riqueza es entregada a la usura internacional a cambio de nada, o lo que es peor, a cambio del hambre de miles de argentinos condenados en los confines del infierno a comer de la basura, a no tener asistencia sanitaria, a la desnutrición, a morirse de pobreza. Dice Albert Camus en su maravilloso ensayo sobre Sísifo: “Lo único que se ve es todo el esfuerzo de un cuerpo tenso para levantar la enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla a subir una pendiente cien veces recorrida; se ve el rostro crispado, la mejilla pegada a la piedra, la ayuda de un hombro que recibe la masa cubierta de arcilla, de un pie que la calza, la tensión de los brazos, la seguridad enteramente humana de dos manos llenas de tierra. Al final de ese largo esfuerzo, medido por el espacio sin cielo y el tiempo sin profundidad, se alcanza la meta. Sísifo ve entonces como la piedra desciende en algunos instantes hacia ese mundo inferior desde el que habrá de volverla a subir hacia las cimas, y baja de nuevo a la llanura”. Cada vez que escucho hablar sobre el pago de la deuda esas imágenes que describe Camus aparecen en mi memoria. El ex diputado Mario Cafiero, señala: ”El problema de la deuda es el pésimo “arreglo” que hizo el actual gobierno, que no fue tal. Tampoco hubo un “ajuste” de ella, sino peor aún, un desajuste con la emisión de deuda contingente mediante las Unidades Ligadas al PBI, que crecen en forma geométrica año tras año, por la cual los prestamistas inescrupulosos pasaron a ser socios de nuestro crecimiento. Fue el peor de los malos arreglos posibles. La deuda no fue auditada. No se buscó diferenciar lo contraído ilegalmente”. Si alguien tuviera dudas acerca de la inmoralidad de la deuda bastaría con repasar las investigaciones de Alejandro Olmos y su hijo. De paso, podríamos citarlo cuando dice: “Las deudas hay que pagarlas, las estafas no”. A pesar de los anuncios ampulosos de cancelación, de quita histórica; la deuda sigue estando ahí, como una inmensa roca que llevamos sobre nuestras espaldas, como una excusa inmoral para justificar los destinos inciertos de la riqueza de un país que sigue hundiendo en el infierno del desprecio a sus mayorías.
Fuente de datos:Diario Crítica 06-05-08 La existencia humana




(APe).- Antes que los barcos trajeran a los europeos, en 1492, cuando los dueños del sol y de la tierra de esta parte del mundo eran otros rostros y otros sentimientos, nos encontramos con un bello texto sobre la educación de las niñas aztecas: Miguel L. Portilla nos cuenta que el padre nahualt revela a su hija de 6 años los saberes de sus mayores, el sentido de la existencia humana.
“Aquí estás, mi hijita, mi collar de piedras finas, mi plumaje de quetzal, mi hechura humana, la nacida de mí. Tú eres mi sangre, mi color, en ti está mi imagen. Ahora recibe, escucha: vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el Señor Nuestro, el Dueño del cerca y del junto, el hacedor de la gente, el inventor de los hombres. Ahora que ya miras por ti misma, date cuenta. Aquí es de este modo: no hay alegría, no hay felicidad. Hay angustia, preocupación, cansancio. Por aquí surge, crece el sufrimiento, la preocupación. Aquí en la tierra es el lugar de mucho llanto, lugar donde se rinde el aliento, donde es bien conocida la amargura y el abatimiento. Un viento como de obsidiana sopla y se desliza sobre nosotros. Dicen que en verdad nos molesta el ardor del sol y del viento. Es éste el lugar donde casi perece uno de sed y de hambre. Así es aquí en la tierra. Oye bien, hijita mía, niñita mía: no es lugar de bienestar en la tierra, no hay alegría, no hay felicidad. Se dice que la tierra es lugar de alegría penosa, de alegría que punza. Así andan diciendo los viejos: para que no siempre andemos gimiendo, para que no estemos llenos de tristeza, el Señor Nuestro nos dio a los hombres la risa, el sueño, los alimentos, nuestra fuerza y nuestra robustez y finalmente el acto sexual, por el cual se hace siembra de gentes. Todo embriaga la vida en la tierra, de modo que no se anda siempre gimiendo. Pero, aún cuando así fuera, si saliera verdad que sólo se sufre, si así son las cosas en la tierra ¿acaso por esto se ha de estar siempre con miedo? ¿Hay que estar siempre temiendo? ¿Habrá que vivir llorando? Porque se vive en la tierra, hay en ella señores, hay mando, hay nobleza, águilas y tigres. ¿Y quién anda diciendo siempre que así es en la tierra? ¿Quien anda tratando de darse la muerte? Hay afán, hay lucha, hay trabajo. Se busca mujer, se bu
sca marido”.

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