RESUMEN DE LA AGENCIA INFORMATIVA PELOTA DE TRAPO


Comunicado de Prensa:

El Hambre es un Crimen

El Hambre es un crimen. Hay que detenerla. Sí o sí. Porque en nuestro país no faltan ni alimentos, ni platos, ni madres, ni médicos, ni maestros, faltan en cambio la voluntad política, la imaginación institucional, la comprensión cultural y las ganas de construir una sociedad de semejantes que asegure a nuestros hijos las oportunidades vitales para que puedan crecer con dignidad. Es imperativo terminar con un sistema económico -que en la mayoría de los casos- no da hijos sino hambre, que no da futuro sino Paco, que talla caricias olvidadas en cuerpos olvidados. Niños hermosos nacen a la muerte aunque ya todos sepamos que la infancia es el principal recurso natural no renovable de nuestro país, ya que la mayoría de las capacidades humanas quedan -de alguna manera- determinadas durante los primeros años de vida cuando los niños están haciendo ahora mismo sus huesos, criando su sangre y ensayando sus sentidos. La infancia es por lo tanto la gran oportunidad de la sociedad para mejorarse a sí misma en lo biológico, en lo cultural, en lo económico, incluso en lo político. La infancia es el terreno más fértil para sembrar inteligencia, trabajo, creatividad, justicia y democracia. Sin embargo, los niños se nos mueren de hambre por decenas cada amanecer. Se nos mueren “acabaditos de nacer” mientras los padres lloran por los días hermosos, cuando la vida era azul. Sin una infancia sana, amasada y entera es impensable una Argentina mejor. Porque un país que mutila a sus niños es un país que se condena a sí mismo. ¿Cuánto tendrán que andar nuestros hijos pobres, para no morirse de hambre, como goteras vivas que desangra las estrellas? Entre dolores y silencios hay una calle por donde marchan los niños hacia una primavera que se domicilia en los extremos del viento borrando de los calendarios la contribución de sangre a la acumulación capitalista. Pero nuestros PIBES vencerán porque son el golpe temible de un corazón no resuelto: Con ternura y airosos como alas.

Alberto Morlachetti
Coordinador Nacional
Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo

La Campaña 2008 contra el hambre inexplicable se ha de lanzar el día 18 de Abril en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la Parroquia Santa Cruz -Estados Unidos 3150- a las 13 hs. Posteriormente, proseguirá en las distintas ciudades del país finalizando, meses después, con una Marcha Nacional que atravesará territorios e imaginarios para terminar definitivamente con el hambre que nos avergüenza. Invitamos a que hagan llegar su adhesión y compromiso, vía correo electrónico o postal, a chicosdelpueblo@pelotadetrapo.org.ar o a Uruguay 209 de Avellaneda, Código Postal 1870, Provincia de Buenos Aires.

Sobre retenciones y abandonos
10/04/08

Por Oscar Taffetani

(APe).- El pasado 1º de abril, en el portal informativo Mi Mercedes, se leía una entrevista a Mauricio Dorín, vocero de los Productores Autoconvocados que acampaban sobre la ruta nacional Nº 5, pidiendo la eliminación de las retenciones móviles a la soja.
“Los anuncios para pequeños y medianos productores son positivos -declaraba Dorín- pero lo que más molesta es la forma despectiva en que tratan a la soja. La soja es el oro que tiene el país, es lo que nos ha sacado de la crisis...”
“Si el Gobierno no quiere que se plante soja -agregaba- lo que tendría que hacer es alentar la ganadería, la leche, el trigo, el girasol, sacándoles las retenciones, y no ponerle a la ganadería un pie arriba de la cabeza...”
Por último, el productor rural expresaba su agradecimiento “a nuestros funcionarios y a la comunidad de Mercedes por su presencia aquí...”
Ese mismo día, 1º de abril, en otro portal informativo de otra región del país -Mendoza On Line- se publicaba la noticia de que en la localidad bonaerense de Salto, partido de Mercedes (es decir, no muy lejos del acampe de los Productores Autoconvocados) había muerto un bebé de ocho meses por desnutrición, y que su hermana melliza había quedado internada con el mismo diagnóstico en el hospital local. Fuentes médicas y judiciales informaron que la causa fue caratulada “abandono de persona seguido de muerte”.
“El bebé -agregaba el despacho periodístico - llegó al hospital en brazos de sus padres, Alejandra Mancinello y Gustavo Javier Rafaelli, junto con su hermanita, y se le realizó un examen en el que se estableció que murió a raíz de un cuadro generalizado de desnutrición severa...”
Muchas preguntas podría uno hacerse luego de analizar estas dos noticias paralelas sobre hechos que ocurrieron el pasado martes 1º de abril en Mercedes, provincia de Buenos Aires, corazón de la pampa argentina.
Podríamos preguntarnos, por ejemplo, por qué no fue el portal Mi Mercedes el que informó ese 1º de abril de la muerte en Salto de un bebé, a causa del hambre.
O podríamos preguntamos si dos infelices criaturas llamadas padres -Alejandra y Gustavo- que concurren a un hospital en medio del paro agropecuario, con un bebe muerto y otro en agonía, son padres “abandonadores” (abandónicos, les dicen en Psicología).
Porque si los sojeros y los funcionarios y las fuerzas vivas de Mercedes -como reconoce Dorín- estaban mirando a la soja cuando esos padres desesperados pasaron por el corte de ruta, camino al hospital, bien podría decirse que la comunidad misma de Mercedes fue la que abandonó, fue la que dejó pasar el hambre.
Qué decir del Estado provincial, en un distrito que se jacta de ser el más rico del país. Qué del Estado nacional, un Estado que ha resuelto el problema de su “déficit fiscal” gracias a las “retenciones”.
Todos dejaron pasar el hambre. Todos abandonaron.
A Alejandra y a Gustavo los abandonaron primero, al no brindarles los medios para sobrevivir y alimentar a sus hijos en un verde océano de soja y de maíz y de trigo. A los seis chiquitos de Alejandra y Gustavo -el que murió este mes, y los que quedan- los abandonaron después.
Varias cosechas récord hubo en el campo bonaerense, en los últimos años (ya es una rutina decir que cada nueva cosecha va a ser récord). Y “récord de retenciones” va a poder hacer el Estado nacional al final de esta campaña.
¿Para cuándo un récord de distribución de la riqueza?
¿Para cuándo el récord de que ningún chiquito se nos muera de hambre, que no se nos ahogue de hambre en un país de vacas gordas, hinchado de soja?
Son muchas preguntas. Muchas para un par de humildes noticias. Muchas para una sola y larga tristeza.

Masticar la piedra de la calle
04/04/08

Por Néstor Sappietro

(APe).- Dice Juan Gelman en su “Oración de un desocupado”: “... que me muero de hambre en esta esquina, que no sé de qué sirve haber nacido, que me miro las manos rechazadas, que no hay trabajo, no hay...”. Ahí nomás, cerquita de las palabras de Gelman, en la ciudad de Santa Fe, a unas 50 personas de distintos barrios una noticia les iluminaba el rostro. Desde la radio una voz anunciaba que el Municipio solicitaba gente para desmalezar y limpiar la ciudad. Los que buscaban trabajo, unas 50 personas entre tantos miles que andan de mesa vacía gambeteando las urgencias de la desocupación, concurrieron bien temprano a la Dirección de Espacios Verdes. Después de esperar varias horas sin que nadie los atendiera, subieron a sus bicicletas y llevaron su ilusión de encontrar laburo hacia la Municipalidad. En el camino fueron detenidos por la policía y terminaron presos. La información señala que la policía santafesina detuvo a los desocupados después de hablar con un funcionario municipal de apellido Luna. Curiosa forma de “progresismo”. La propaganda oficial prometía con la asunción de las nuevas autoridades una Santa Fe más digna, sin clientelismo, con inclusión social... En ninguna consigna de la nueva gestión de Mario Barletta aparecía la posibilidad de mandar a meter presos a quienes buscaran el pedazo de dignidad que les corresponde. “... contempla esto que soy, este zapato roto, esta angustia, este estómago vacío, esta ciudad sin pan para mis dientes...” El poema de Gelman resuena una y otra vez en el relato de Jorge Aliaga, uno de los hombres que buscaba empleo: “Al llegar a la Dirección de Espacios Verdes preguntamos por un tal Luna, porque en la radio habían dicho que había que hablar con él para solicitar trabajo. Tuvimos que esperar horas para que nos atienda. Al rato vino Luna, nos dijo que no estaban anotando, y por atrás, vino la policía. Él apareció por un lado, y la policía por la avenida. Luna nos dijo que ellos no anotaban porque no se manejaban así sino por cooperativas. Nos preguntó quién era el representante nuestro, y le respondimos que nadie, que sólo éramos gente que quería laburar...”. La lógica del funcionario parece indicar que para tener trabajo hay que tener un “representante” como en el mundo del fútbol o del espectáculo... Lo que en el barrio llaman un buen padrino, una influencia... Nada de eso llevaban encima estos cincuenta muchachos. “... este dormir así, bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido... tócame el alma, mírame el corazón... me golpean y golpean, y te digo que no entiendo...” El asombro, la angustia y la bronca aparecen en los detalles que describe el trabajador: “Cuando nos cruzamos a buscar las bicicletas, vemos que la policía habla con Luna. Entonces nos fuimos con la gente, pero nos siguió la policía y nos detuvieron, diciendo que teníamos captura. Nos llevaron detenidos, nos tuvieron encerrados seis horas en la Seccional Cuarta de policía, por ir a buscar trabajo. La verdad es que no entendíamos nada. Imaginate qué decepción para muchos chicos del barrio. Algunos, era la primera vez que iban a pedir trabajo, qué ganas van a tener más delante de ir a buscar un empleo si los meten preso por pedir trabajo”. “... voy a agarrarme la rabia y a afilarla para pegar y voy a gritar a sangre en cuello porque no puedo más, tengo riñones y soy un hombre, bájate, qué han hecho de tu criatura, Padre? un animal furioso que mastica la piedra de la calle...? El retrato de la poesía de Gelman no aparece en los guarismos oficiales. La angustia cotidiana, la desesperación no están contemplados en los indicadores económicos que pregonan funcionarios entusiasmados. Si además le sumamos la humillación, el maltrato y el despropósito de utilizar a la policía para detener a quienes buscaban un salario a cambio de cortar el pasto de la ciudad, estamos lejos de la pregonada “nueva ética en la función pública” y asistimos a la fatal continuidad de una política que promueve la exclusión y que, como dice nuestro poeta, transforma al desocupado en “un animal furioso que mastica la piedra de la calle”.
Fuentes de datos:

Agencia Argenpress 26-03-08 - “Oración de un desocupado”, Juan Gelman en “Violín y otras cuestiones”.

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