RESUMEN DE LA AGENCIA INFORMATIVA PELOTA DE TRAPO


Tierra Oscura
15/08/07
Por Alberto Morlachetti
(APE).- Villa Corina -en Avellaneda- es la metáfora del abandono. Los hombres y mujeres escriben sus vidas detrás de las murallas, como una especie de campo de concentración un espacio que se abre cuando el estado de excepción empieza a convertirse en regla, ya no es una suspensión temporal de un orden y de ciertos derechos. Pasa a constituirse en un orden jurídico normal dice Agamben.

Allí, la angustia se enfurece con los más vulnerables. La mayor dolencia de nuestra tierra es el desamparo, ese lugar vacío donde hace ya demasiado tiempo -escribe Rafael Alberti- cayeron heridas de muerte las palabras.
En las últimas dos semanas los “Escuadrones de la Muerte” -que actúan sueltos de cordura con armas de buen calibre y chalecos antibalas- asesinaron a 8 pibes, según los vecinos, quienes se dirigieron a la Comisaría 7º en Oyuela al 1600 y la atacaron el lunes 13 de agosto con piedras por considerarla cómplice y de liberar la zona para el exterminio.
Lugares inasibles donde la esperanza cavila -como un péndulo- en los portales, donde los vecinos nos cuentan historias increíbles del Paco que mutila a nuestros pibes o niños enfermos de miseria palpitando pesadillas bajo el peso de la almohada. Cientos de hombres, mujeres y pibes que habitan esta tierra oscura, sin pecado y sin redención, donde un dolor profundo vive en cada cosa. Hay millones de prójimos sobreviviendo en barrios donde se vive y se muere de cualquier manera, en medio de idénticos quebrantos. El Estado, nadie y nada les ofrece una cita o una caricia con alguna ilusión. Se van yendo “gota a gota pensada” donde la muerte enseña a vivir a los muertos.
Fuentes de datos:Diarios Página/12 / Popular y Ámbito Financiero 14-08-07

Biocombustibles
16/08/07
Por Carlos del Frade
(APE).- "Vamos a alimentar vehículos y desnutrir personas. Hay 800 millones de vehículos automotores en el mundo. El mismo número de personas sobrevive en desnutrición crónica", sostiene el teólogo brasileño Frei Betto. El futuro se llama ahora biocombustible. Así impone el mercado de las multinacionales y así repiten los gobiernos de América del Sur, nacionales y provinciales. A partir de la soja, combustibles. 

Aunque para semejante demanda sea necesario inventar desiertos donde antes irrumpían pampas sin fin, montes de sombras impenetrables o bosques de vidas multicolores. Biocombustible es la nueva exigencia del dios sediento de sacrificios en el nuevo altar del siglo veintiuno. “Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indica que ‘los biocombustibles tendrán un fuerte impacto en la agricultura entre 2007 y 2016’. Los precios agrícolas estarán por encima de la media de los últimos 10 años. Los granos deberán costar del 20% a un 50% más. En Brasil, la población pagó tres veces más por los alimentos en el primer semestre de este año, si comparado al mismo periodo de 2006. Vamos a alimentar vehículos y desnutrir personas”, cuenta Frei Betto y su relato supera las fronteras de Brasil y repercute en la conciencia de cada argentino cuando enfrenta el alza de los precios, por un lado, y el cambio del paisaje, por otro. Según las informaciones escritas desde las necesidades de las mayorías, este negocio para pocos es una pésima ecuación para los pueblos.“Para expertos en estos asuntos, en América Latina y Asia aparecen gobiernos y estadistas muy entusiasmados con la obtención de etanol para uso en motores, sencillamente porque ya se sueñan como una suerte de Golfo Arábico etílico. Naciones grandes productoras de caña, soja o palma de aceite, entre otras materias primas agrícolas, hablan de reconversiones industriales y de elevar la extensión de sus campos ante los cantos de sirena de jugosas ganancias por mediación de los biocombustibles. De hecho desde 2005 a la fecha los precios de algunas de estas cosechas se elevaron más de 20 veces, lo cual complicó sobremanera la manutención de decenas de millones de personas en estado de precariedad. Como bien dijo un alto funcionario del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, la humanidad, en un asunto tan delicado, vuelve a enfrentar un absoluto desafío entre la razón y la insensatez”, señalan las noticias que intentan alertar, una vez más, sobre estos modelos que atienden las urgencias de las ganancias y no las necesidades humanas. En las provincias argentinas que alguna vez formaron parte de la llamada pampa húmeda, los gobiernos locales invaden las calles de las ciudades hablando maravillas del biocombustible, como si fuera una obligación asimilar esta palabra. Mientras tanto, organizaciones ecologistas de los distintos costados del planeta advierten sobre el demencial trueque que significa este negocio. Desiertos a cambio de energía para un mayor consumismo y un número cada vez más grande de hambreados. El planeta en manos de locos con carnet, como bien diría Joan Manuel Serrat. Es hora de pelear por el futuro de los que son más porque si no, indefectiblemente, se volverán a soportar las pesadillas impuestas por los que son menos aunque sean presentadas con hermosas y coloridas publicidades y bajo el canto arrullador de sirenas asesinas.
Fuente de datos: Agencia de Noticias Argenpress 09-08-07

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