RESUMEN DE LA AGENCIA INFORMATIVA PELOTA DE TRAPO

Antes y después del 24 de Marzo 21/03/07
Por Oscar Taffetani
(APE).- Antes del 24 de Marzo de 1976 ya estaban echadas las suertes del exterminio: listas de militantes populares que la Triple A debía asesinar; zonas y jurisdicciones clandestinas para la represión militar; un conjunto de dirigentes de las “fuerzas vivas” y la “sociedad civil” (y de los partidos políticos tradicionales) que revistarían como funcionarios del gobierno de facto, y que ejecutarían las políticas bendecidas por el Imperio.

Después del 24 de Marzo de 1976, la maquinaria de exterminio cobró velocidad, acopió miles de muertes y desapariciones; diezmó la dirigencia obrera combativa y borró los convenios y conquistas alcanzados en el mejor momento “distributivo” de la sociedad argentina. Comenzó, además, el endeudamiento externo del país, como bomba letal de efecto retardado.
Después-después del 24 de Marzo de 1976, al reanudarse el ciclo denominado Democracia, un político con votos habló de punto final y de obediencia debida, para proteger a una masa de empleados, funcionarios y verdugos utilizados en las tareas de exterminio. Y la bomba del endeudamiento externo continuó aumentando su carga.
Después-después-después del 24 de marzo de 1976, siempre durante el ciclo de la Democracia, otro político con votos terminó de perdonar a los verdugos y esgrimiendo el arma terrible de la Deuda, consiguió privatizar y enajenar el patrimonio del Estado, favoreciendo además, con el pago de coimas y regalías, a un sinnúmero de amigos y funcionarios y gobernadores.
Después-después-después del 24 de marzo de 1976, tras un traumático interregno de fin de siglo, otros políticos de la Democracia lloraron públicamente por los efectos devastadores del endeudamiento externo y las privatizaciones. Los últimos, decidieron que era hora de sanear las finanzas del Estado, pagar la abrumadora Deuda aprovechando un tiempo de buenas cosechas, y comenzar a construir lo que dieron en llamar “un país en serio”.
En ese tiempo, la distribución de la renta y las riquezas argentinas llegó a su punto más alto de injusticia e inequidad. En regiones privilegiadas como la pampa gringa santafesina o escenarios tradicionalmente bellos como el Jardín de la República, se dibujaron las siluetas vergonzosas (y avergonzantes) de niños sin pan y sin escuela, sin familia y sin horizonte.
A esos niños argentinos, si acaso nos pudieran escuchar, sería muy difícil explicarles que el 24 de Marzo de 1976 es una fecha importante. En el calendario del hambre, todos los días son iguales.

Diez pesos 15/03/07
Por Carlos del Frade
(APE).- Manuel Alderete, alias el Chueco, le sacó diez pesos a un fotógrafo. Pasó más de dos años preso sin condena. Dicen, además, que recibió una sanción atenuada por mayoría de votos. Extraña magnanimidad de la justicia de Santiago del Estero, provincia donde ocurrió el suceso de marras. Dos años por robar diez pesos. En un país que fue robado en miles de millones de dólares y cuyos responsables están libres, viven aquí, se reciclan como funcionarios en distintos estados y explican cómo fue el despojo. Curioso país la Argentina del tercer milenio. Dos años y dos meses para el Chueco por diez pesos e impunidad para los grandes delincuentes de guante blanco. Quizás el juego mental de los jueces supuso el secuestro de la persona que está en la cara del billete de diez pesos, Manuel Belgrano. Secuestrar a Belgrano bien valdría una pena de consideración. Pero también aquí habría que pensar que el prócer tantas veces evocado, fue varias veces estafado por quienes dijeron seguir sus pasos. Manuel Belgrano decía que la felicidad del pueblo estaba en la distribución de las riquezas y que el estado debía ir en contra del contrabando y la corrupción porque si no, se corría el riesgo de multiplicar la cantidad de desesperados, escribió casi en la mayoría de su epistolario que reúne a más de trescientas cartas. Belgrano murió en la pobreza y le tuvo que pagar con una incrustación de oro de su dentadura las deudas contraídas con su médico de cabecera. 

Belgrano, la imagen del billete de diez pesos, fue víctima de los que entregaron el país por mucho más que el valor que representa el papel moneda. Pero no hubo castigo para los que traicionaron a Belgrano, ni ayer ni hoy. Si hay castigo para el otro Manuel, Manuel “Chueco” Alderete, por robarse un billete de diez pesos. Cinco años pidieron contra el Chueco porque pesaba una supuesta exhibición de cuchillo o daga. Alderete salió en libertad porque ya pagó más de dos años aunque nunca había recibido la consabida condena. Ahora es probable que Alderete y Belgrano se vuelvan a encontrar. Quizás en una plaza que recuerde al prócer o tal vez, en un bar, relojeando la pintura que aparece en el billete de diez pesos. Los dos Manuel se mirarán mutuamente y cada uno, desde sus universos propios, pensarán que fueron castigados con alevosía y que no tuvieron posibilidades de cambiar su situación porque no les dieron oportunidad. A Belgrano le seguirán mintiendo y al Chueco, también. Por detrás de los diez en pesos en cuestión, la justicia santiagueña ha vuelto a demostrar que solamente la cárcel y las condenas están hechas para los derrotados, sean próceres o desesperados del presente.
Fuente de datos: Diario El Liberal - Santiago del Estero 07-03-07.

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