RESUMEN DE LA AGENCIA INFORMATIVA PELOTA DE TRAPO

Metamorfosis 15/03/07
Por Alberto Morlachetti
(APE).- Amanece en su corazón. Ese órgano confuso que nos hace sonreír en primavera y agachar la cabeza con las primeras lluvias, pero nuestro presidente no es hombre de rebajas y derrama jazmín del aire para su épico “capitalismo responsable”.

El presidente Kirchner el 22 de febrero -de este año- calificó de genocidio la privatización de YPF. Para agregar que si hubiera quedado en nuestras manos estaríamos recaudando “entre 20 y 25 y hasta 30.000 millones de dólares por año". Es cierto lo que dice nuestro primer mandatario. Como no deja de ser cierto su cuota de responsabilidad en la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en 1992 y su apoyo activo para que Menem pudiese lograr la devastación de nuestras reservas de petróleo. Sí, “un rencor vivo”.
En el mes de septiembre de 1992 -escribe Rodolfo Terragno- Diputados aprobó el proyecto de ley. Parrilli (entonces Legislador Nacional por Neuquen y hoy Secretario General de la Presidencia) fue el miembro informante en Diputados. Durante el debate sostuvo: "No pedimos perdón por lo que estamos haciendo (...) Esta ley servirá para darle oxígeno a nuestro gobierno y será un apoyo explícito a nuestro compañero Presidente (Menem)". El ayer ya no existe y sus hecatombes han envejecido con suma rapidez.
Para evitar que nuestro pueblo se pierda en un catálogo general de desgracias descubrimos personas que exhiben su fraternidad a la medida del corazón: Pino Solanas, José Rigane o Víctor De Gennaro que suele contar la militancia activa de los diputados nacionales de Santa Cruz -que respondían a nuestro presidente- para lograr la privatización.
Pero de la metamorfosis -la privatización de YPF- nadie vuelve con el mismo diseño ni con la misma mirada que tenía en los setenta, aquel tiempo primigenio con que suele identificarse el presidente.
Es decir, que de algún modo, aquellas decisiones tan graves para nuestro país -seguramente- le han puesto al primer mandatario una tristeza en el ánimo “porque todos los carteles que medían la distancia hablaban de exilio”. Pero el universo siempre programa días de sol: Kirchner ha logrado un país que sonríe desde las estadísticas.
Mientras la mayoría de nuestra gente deambula por una tierra que no es la suya. Que nunca será la suya. Donde la sed y el hambre son familia y los pibes -sueltos de ternura- tienen las esquinas para el paco, la birra para arrepentirse y la delincuencia para soñar.
Beatriz Sarlo escribía que "La hipérbole es una señal de clase en la literatura de Arlt. Es la marca del escritor pobre. Por la exageración y la radicalidad”. Agregaba que pese a los reconocimientos, “Arlt se sentía un recién llegado de apellido impronunciable". Yo también.
Fuente de datos:Diario La Nación 25-02-07

Su majestad la Ganancia 13/03/07
Por Oscar Taffetani
(APE).- La Legislatura entrerriana aprobó este mes una ley que prohíbe la exportación de madera en chips o rollizos al Uruguay, apoyando la lucha de los vecinos de Gualeguaychú contra la instalación de la pastera Botnia en Fray Bentos. Una vez aprobada la ley, los legisladores entrerrianos invitaron a sus pares de las otras provincias litoraleñas a hacer lo mismo. Esa ley hubiera sido perfecta -pensamos- si la prohibición de vender madera rigiera también para las pasteras argentinas que usan cloro y que han contaminado hasta un punto indecible el Paraná. Porque, así como están las cosas, esas fábricas argentinas contaminantes se beneficiarán con la ley, ya que comprarán a mejor precio la madera antes destinada a los compradores uruguayos. Otro efecto no deseado de la lucha contra Botnia (ya que la española Ence, al parecer, ha sido santificada), es el que están provocando los cortes simultáneos de los tres pasos terrestres al Uruguay. Allí, una beneficiaria indirecta de la medida de protesta es la naviera Buquebus, que mantiene a full su cuota de pasajeros entre Buenos Aires, Colonia, Montevideo y Punta del Este, con un promedio de 36 servicios diarios. A Buquebus -perdón por este mal pensamiento- le conviene que siga el conflicto. Así son las cosas en el mundo donde reina su majestad la Ganancia.

Hacendados y contrabandistas
A mediados del siglo XIX -cuenta Luis Franco en La pampa habla- mientras algunos terratenientes bonaerenses denunciaban los crecientes malones e incursiones depredadoras "del indio" en la frontera, otros compraban de noche la misma hacienda sin marcar que los pampas robaban de día... Y lo peor: esos hacendados -traidores a su propia corporación- sabían que el mantenimiento del negocio implicaba exponer a sus propias familias al riesgo de la muerte o un cautiverio entre "los infieles".
¿Bíocombustibles o petróleo?
Un conflicto de escala mucho mayor, que agita las aguas de la política internacional por estos días, es el del cártel petrolero de la OPEP contra el cártel -todavía en formación- de los países productores de bíocombustibles. Recientemente se difundió la advertencia del Movimiento de los Sin Tierra (MST), ante la perspectiva -hoy confirmada- de que Brasil se lance a la producción en gran escala de bíoetanol, que la industria norteamericana estudia como alternativa frente a la posibilidad de una debacle general en Medio Oriente y una suba vertiginosa en los precios del petróleo (incluído, por supuesto, el petróleo bolivariano). "La producción de biocombustibles -dice el comunicado- está basada en grandes monocultivos latifundistas, principalmente de caña de azúcar, lo que desfavorece la producción de alimentos y compromete la soberanía alimentaria nacional". Para terminar, el MST lanza una advertencia clara y contundente al gobierno de Lula, paradójicamente impulsor del programa Hambre Cero: "No podemos mantener los tanques llenos y las barrigas vacías..."
El sueño de los insomnes
Hasta aquí, varios casos que demuestran que es la plusvalía (es decir, el lucro, la ganancia, el fruto de la apropiación indebida de la tierra y de la explotación del trabajo ajeno), ese cáncer que termina devorando y desvirtuando las mejores creaciones humanas. Mientras haya plusvalía -tal como dice el catecismo marxista, sin que la realidad lo desmienta- habrá injusticia y habrá desigualdad. En ese contexto, cualquier esfuerzo por achicar la brecha (usemos el eufemismo de moda) será loable. Y cualquier avance en la lucha contra la injusticia, será plausible. Pero el sueño de alcanzar un mundo sin explotadores ni explotados -repitámoslo, por si hace falta- no está en venta. Ese sueño no tiene precio, ni color, ni vencimiento. Para los súbditos de la reina Ganancia, no vale nada. Para el resto del mundo, lo vale todo.

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