¿CON QUIEN AVECINDAR-SE?

¿Con quién avecindar-se?
"La elección de una filosofía depende de aquello que se es como hombre, porque un sistema filosófico no es un objeto inerte, que se puede tomar o dejar a capricho, sino que está animado por el espíritu del hombre que lo posee" (Fitche, Doctrina de la ciencia , 1794)
 
La diseminación de opciones políticas para las elecciones municipales próximas, que se desarrollarán junto a las provinciales y nacionales, invita a desliar, ávida crítica mediante, semejante hiperatomización que, sin embargo, es recubierta en ciertas relaciones por una densa materia identificadora. Una particular característica que contiene este campo de estudio, en donde varios de sus componentes, más allá de sus inclemencias a la hora de mostrarse unilateralmente discursivos, evocan una similitud que puede provocarles una soflama en cuanto esta equivalencia les hes acusada. Aquél que en todo momento intenta separarse de otro pero sus principios filosóficos políticos se lo impiden, no podrá sentir nada más que aversión ante ese reconocimiento, y lógicamente, cómo prácticamente también, para aquél que la formule. Es que, ¿podría ser poco probable que de la lista, con sus respectivos porcentajes de intención de voto, de precandidatos a intendente, que mes a mes se lanzan, se pronunciara, desde un juicio inmediato, una proliferación abundante de lo mismo, de la subjetividad de un Yo que, de forma acuciante, busca acaparar la realidad toda, presentándola, negándola y volviéndola a presentar? Vale pensar aquí nuevamente el concepto que venimos manejando desde esta columna: la participación en la inmanencia de la subjetividad antipopular. Esto debería llenarnos de cierto grado de admiración, en el sentido emocional de asombro, como posibilidad y motivación a la pregunta y el desenvolvimiento de pensamiento alguno. Se abren varias líneas de cuestionamiento ante una descripción de este tipo. Inevitablemente caemos en la apreciación de lo social. La socialización histórica austromarxista se aventuró en controversias de este patrón, y puede ser retomada por alguien de espíritu apriorístico científico a la hora de entender el tema presentado. Para no dejar de lado a otra herramienta de estudio que incursione en lo adleriano, aunque notando la distinción personal que ese calificativo carga dentro suyo, podría ser también invocado el freudianismo desde el estilo de vida. Seguramente. Pero no es nuestra tarea aquí determinar bajo que lenguaje analizaremos la cuestión, sino solo anunciarla y explicarla bajo nuestros propios términos limitados.
Es evidente que las encuestas que se testimonean enseñan, intencionalmente, una realidad parcial. No solo desde los datos, sino también desde los elementos que participan en ella. Evidencian una realidad recortada, acallada, proscrita. Con candidatos que pertenencen a una o dos tendencias políticas, cuando las fuerzas políticas en la región superan la decena. Aquí es donde podemos señalar la presencia de ese Yo que intenta aglutinar desde su subjetividad todo lo existente. Lo real, lo permitido. Un Yo que (ya que lo hemos citado le haremos el honor nuevamente de mencionarlo en el desarrollo del texto) en sentido fitcheano se desarrolla constantemente al presenciar, y superar, la determinación de lo que no-es, respondiendo al ser de un Absoluto que lo fundamenta. Ojo, que esto se desempaqueta en la realidad. Como justamente diría Fitche, "no puedo ser yo sin ser algo" en el mundo sensible. El Yo se -hace -en -el -mundo. Se hace en lo social. Ahí su incidencia y su intención. Y esto de diversas maneras. No solo la parcialidad se efectúa con encuestas segmentadas, sino también desde reformas electorales con claras consecuencias de proscripción, como así también desde la negación participativa militante en las calles (ver "Bonfiglio "aprieta" a sabattellistas" en La Defensa 16/3). Una de las presentaciones informativas que en mayor sentido abarca la realidad política electoral en Lanús fue la de APL el 5/1. Y si uno incursiona dentro de los elementos que allí se presentan, claramente puede ver, más o menos, la identidad de ciertos componentes que, en principio, parecerían contrapuestos. De esa manera es como actúa la inmanencia de esa subjetividad yoica en su ímpetu totalizante infinito. Muestra lo distinto de su unidad, dentro de ella; lo distinto sesgado por la semejanza. En fin, la manifestación de un único Yo. En los "pre-candidatos" (nos referimos a los candidatos que se auto-pre-candidatean, y no al programa partidario) que como afirmamos, en su mayoría pertenecen a una o dos tendencias políticas, uno lo puede advertir en la vacuidad de sus sofismas. Esto es lo que permite identificarlos. Un verbo catapultado en la abstracción de un Absoluto al cual responden en última instancia: capital financiero internacional. Bajo esta egida podemos presuponer cuales son los principios filosóficos y políticos que sustentan su participación política. Sofistas, en sentido negativo. Un ofrecimiento al público lanusense para no fomentar ninguna propuesta de cambio, es decir, de no negación del Yo.
Quizás mentar a Adorno, y remitirnos al individuo concreto, inserto en sociedad, diferenciado dentro de ella, y limitando, a partir de una dialéctica negativa, todo rastro de lo abstracto que la sociedad aun registra, de ese Absoluto que podría ser encarnado en el capital financiero internacional y sus distintas herramientas culturales para subsistir (lo que los sociólogos llaman la superestructura), ayudaría nuestra reflexión al respecto sobre el propósito de ese Yo absolutizado que pretende apresarnos en su lógica antipopular. Por lo menos eso es lo que hasta el momento nos ha obligado a entender. La agudeza del votante lanusense es advertir sobre qué fuerza política intenta hablar desde fuera de ese Yo, negándolo y luchando contra él en la cotidianeidad política. Quien así lo hiciese, estaría ofreciendo otro tipo de lógica como solución a la miseria y pobreza de esta sociedad.

SILVANO

Comentarios

Seguidores