APUNTES DE LANÚS, Por Gerardo Scioscia

CALLES DE LANUS QUE CAMBIARON DE NOMBRE EN 1910 
En abril se cambiaron el nombre de varias calles de Lanús Oeste 

La que se llamaba Santa Teresa, paso a llamarse Avenida Buenos Aires, luego se llamó Eva Perón, más tarde Uriburu y finalmente 25 de Mayo.
La llamada España hoy es Dos de Mayo.
La denominada Madrid cambió por Aristóbulo del Valle
Roma pasó a mencionarse como XX de Septiembre

CUMPLEAÑOS DE JOSE MARIA CAO
El 13 de diciembre celebró su cumpleaños Cao rodeado de vecinos

ESE MISMO AÑO SE INAUGURA EL RAMAL DE TRANVIA A TALLERES
Ocurre el 13 de junio a las 16 y 30 horas. Del viaje inaugural que sale desde la estación ferroviaria participan Antonio y Carlos Fiorito dueños de la empresa el representante de la compañía Mario Sambrizi y los vecinos Amestoy, Gaebeler, Pita, Dacrema, Iribarren, Montero e Iguzquiza entre otros. 

HOY SERÍA IMPENSADO HACERLO 
Sin embargo en el año del primer centenario de la Revolución de Mayo hubo una competencia ciclística que recorrió la avenida Pavón de Lanús a Temperley. Fue organizada por el Club Ciclista Lanús y tuvo su punto de partida en la esquina de Pavón y avenida Buenos Aires. La primera categoría fue ganada por Camilo Camillero que hizo un tiempo de 34 minutos, la segunda por Pedro Lemochini, con un tiempo de 34 minutos. 

Y SI HABLAMOS DE CARRERAS FAMOSAS, ESAS ERAN LAS DE CABALLOS QUE SE CORRIAN EN EL CIRCO SANTA TERESA 
El hipódromo de Anacarsis Lanús se levantaba en las calles ¨camino a las lomas de Zamora hoy Hipolito Irigoyen , Santa Teresa hoy avenida 25 de Mayo, avenida Francia hoy Carlos Casares y el camino a Puente Alsina ahora Máximo Paz. 

Abarcaba unas 55 manzanas
Esa pista de carreras se inauguró el 16 de octubre de 1873 con una nutrida concurrencia de aficionados a las carreras de caballos. Pero hubo uno que no llegó. Fue un uruguayo amante de los chuchos que se había embarcado en el vapor ¨La Porteña¨ rumbo a Buenos Aires, pero a poco se salir de Montevideo el barco fue secuestrado por partidarios de López Jordán que buscaban llegar a Entre Ríos. Ese barco fue capturado por unos 50 rebeldes embarcados previamente de incognito los que luego tomaron el control de la nave. Varias horas después permiten el desembarco de algunos pasajeros y ponen rumba a aguas brasileñas, pero perseguidos, finalmente embican al barco en la playa ¨La Coronilla de Rocha" Uruguay. Así finalizó la aventura que impidió al paisano uruguayo asistir a la inauguración del hipódromo de don Lanús
Ese día se anunciaba la participación del caballo ¨Nihil Deseperandum¨ de don Anacarsis y que representaba a los mitristas y ¨Talismán¨. De Carlos Casares favorito de los alsinistas, la política metida en ese deporte. Y gano la competencia el caballo de don Lanús, que se subió a él y recorrió la pista entre la algarabía de los asistentes. Con el correr del tiempo las carreras se fueron distanciando y el hipódromo cerro, por lo que a partir de 1904 esas tierras se fraccionaron en 800 lotes.

Y EL PUENTE ALSINA SE SIGUE LLAMANDO PUENTE ALSINA AUNQUE SU NOMBRE ES EL DE EVARISTO URIBURU 
Fue Enrique Ocho quien había construido dos puentes, ambos de material, pero fueron destruidos por las grandes crecidas del Riachuelo. Luego hizo un tercero, pero de madera de madera de urunday y quebracho, bautizándolo con el nombre el nombre Gobernador Alsina 

¿QUIEN ERA EL VASCO OCHOA?
Ochoa era nativo de la ciudad española de Zuazola y, pero en 1820 con apenas 17 años llega a Buenos aires y se dedica a la importación de vinos y ya en 1850 comprar a Manuel Taurel una fracción de tierra lindera a Paso de Burgos, pero que antes había pertenecido a la estancia de los Aoiz. Allí levanta su casa quinta que llegó a contarse entre las más bellas de Buenos Aires de su tiempo. Es el propio Ochoa que en 1858 declara ¨Una quinta al otro lado del Riachuelo en el Paso de Burgos con 18 cuadras de terreno, arboleda, jardín, casa de azotea con 17 piezas y por separado cochera y caballeriza. Además de otro terreno de 18 cuadras sembrado de alfalfa con ranchos de material con frente a la calle principal de 1700 varas unos 160 metros de frente) todo valuado en unos 600.000 peso. En esa segunda fracción funcionaba el saladero. 

Una de sus realizaciones más importante como dijimos, fue la construcción de esos puentes. En efecto el primero de enero de 1855 ofrece al gobierno construir un puente sobre el paso de Burgos, para abrir el transito al sur del Riachuelo.
El dos de febrero se ese mismo año se firma el contrato que estipula ¨Enrique Ochoa se obliga a construir el puente exclusivamente a su costa, comprometiéndose a terminarlo en una año desde la concesión de la licencia¨.

EL PUENTE
El primer puente levantado en 1855 era de mampostería común y contaba con tres arcos de medio punto. Para los cimientos se desvió el rio, utilizando para ello, precarias bombas de madera con válvulas de cuero. Los cimientos de los estribos y pilares se asentaron sobre un contrapiso de cascotes apisonados, que ya existían sobre el lecho del rio, y que se arrojaban para poder cruzarlo en las bajantes. Poco después es destruido por la crecida de Santa Rosa. 

Pero el vasco no quiere perder el negocio y levanta el año siguiente, un segundo puente, aunque también de material.
En 1856 comenzó la construcción del segundo puente, encargando los planos al ingeniero Carlos Pellegrini (padre) por entonces presidente del consejo de Obras Públicas del Estado y para ello se tuvo en cuenta la experiencia anterior, dando algo más de luz a las arcadas. Sin embargo eso no alcanzo y una crecida durante el invierno, también derribó al puente. Ochoa ni lerdo ni perezoso culpó al ingeniero de este nuevo fracaso. Pero hizo un tercero que duró muchos más años, si aunque muy endeble llegó hasta 1938 en que se construyó el tercero y se lo bautizo con el nombre de Uriburu, pero no todos estuvieron de acuerdo con ese nombre.
Seguimos con el tercero. Este otro puente se hizo de madera de urunday y lapacho, maderas que hizo traer de Santa Fe, Corrientes y Chaco porque los tirantes disponibles aquí, eran de pequeña escuadría y se utilizaban en techos, en reemplazo de los troncos de palmeras. Concluida su construcción en 1859, el acontecimiento fue celebrado con un asado con cuero y la presencia de lo más granado de la sociedad de entonces y también, del doctor Valentín Alsina. Fue durante el brindis que don Ochoa propuso poner al puente el nombre de su amigo.
En la construcción de esos tres puentes había gastado 1.000.000 de pesos de ese entonces y era tiempo de recobrar lo invertido mediante el pago de peaje, una tarea bastante difícil, porque no todo lo hacían voluntariamente. Par esa tarea designa como guardián del puente al vascuence Martin Yrigoyen, un hombre de escaso carácter para tratar con carreros y troperos a quienes había que obligarlos a pagar con arma en mano. Así que es reemplazado por Juan Bidart, un vasco francés junto a su esposa ¨doña María la puentera¨ y su hijo Pedro, un muchacho fortachón hecho para ese trabajo ya que cuentan, ¨tenía agallas formidables¨, Este Pedro más de una vez jineteó tras de vivillos que se negaban a pagar, obligándolos a volver a la casilla a punta de pistola para abonar el peaje.
Fallecido Ochoa en 1865 este tercer puente permaneció en manos de su familia hasta el 16 de julio de 1885, cuando fue vendido a don Gregorio Torres justamente con la casilla para el cobro del peaje situada en la orilla norte. En la venta intervino el escribano Faustino Miñones de La Plata.
Por último digamos que los puente de Ochoa (buen negocio para su dueño) fueron de vital importancia para el crecimiento de barracas Al sud, permitiendo la comercialización de un lado y otro de diversos producto

UN BUSTO QUE NO ERA DE BELGRANO 
El busto de Belgrano que está en la, plaza de la estación, no era el de Belgrano. Si cuando llegó el momento de inaugurar su busto el escultor aún no lo había terminado y se colocó sobre el pedestal (ya no existe) preparado en la plaza frente a la estación un busto, pero no de Belgrano, sino de un almirante francés y allí estuvo hasta que fue recambiado. Su foto puede verse en la edición del anuario de Lanús de 1938. 

CURIOSA MANERA DE ESPANTAR LOS MOSQUITOS 
Don Enrique Ocho ya no habitaba su casona de Paso de Burgos, ya que había fallecido en 1867 cuando tenía 64 años. Ella está a manos de sus familiares y, para espantar las moscas, mosquito y también refrescarse, lo hacían mediante un aparato bastante ingenioso, pero movido por una pequeña paraguayita. Se trataba de una especie de plumero o abanico, hecho de papel que pendía del techo y se le daba movimiento de vaivén, mediante una cuerda una que tiraba una huérfana de la guerra del Paraguay y que según testimonio un descendiente de Ochoa ¨la había traído un amigo de la familia que se la regaló a mi abuela¨ 

FIEBRE AMARILLA 
En 1871 la fiebre amarilla causa cientos de muertos en Buenos Aires Muchos habitantes escapan hacia el sur, es decir buscan refugios en tierras alejadas de donde se estimaba se había iniciado la epidemia. Se refugian en sus quinta de veraneo existente muchas en Lomas de Zamora y aún más allá. Pero no todos fueron tan lejos. En efecto unas 40 personas entre familiares y amigos se refugiaron en la casona de Paso de Burgos y que era propiedad del entonces ya fallecido Enrique Ochoa.

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