
Dios nunca nos va a humillar, siempre nos va a enaltecer
Avellaneda (Buenos Aires), 29 Oct. 10 (AICA)
Mons. Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús
“Cuando uno se acerca más a Dios, uno descubre su pecado, su limitación; mira en profundidad, mira en serio; no se mira superficialmente; no se mira ‘para la foto’, se ve en serio”, dijo monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en su mensaje radial del fin de semana.
Explicó que “Dios tiene misericordia de nosotros, que uno es necesitado, es un pobre que necesita y que Dios siempre escucha atentamente a aquel que dice la verdad, a aquel que es humilde, a aquel que sabe rezar”. Por ese motivo, recomendó pedirle al Señor “tener esa actitud de gratitud, de pedido, y a la vez de reconocimiento. Porque Dios nunca nos va a humillar, Dios siempre nos va a enaltecer”.
Por el contrario, aclaró, “Dios nos dio la dignidad de existir como personas, nos dio la dignidad de creyentes, de cristianos en el Pueblo de Dios. Nos dio una misión y un destino: quiere que vayamos, a través de la oración, reconociendo estas dignidades que Dios nos da y que nadie nos puede quitar”.
“¡Acuérdate que, si eres humilde, dices la verdad; y si dices la verdad, siendo humilde, estás más cerca de Dios, estás más cerca de los hermanos! Si haces lo contrario, te alejas de Dios, te alejas de ti mismo y te alejas de los hermanos”, concluyó.+
Texto completo de la alocución
EL PUBLICANO Y EL FARISEO
Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús para el programa radial "Compartiendo el Evangelio", para el 30º domingo durante el año (24 de octubre de 2010)
Avellaneda (Buenos Aires), 29 Oct. 10 (AICA)
Mons. Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús
“Cuando uno se acerca más a Dios, uno descubre su pecado, su limitación; mira en profundidad, mira en serio; no se mira superficialmente; no se mira ‘para la foto’, se ve en serio”, dijo monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en su mensaje radial del fin de semana.
Explicó que “Dios tiene misericordia de nosotros, que uno es necesitado, es un pobre que necesita y que Dios siempre escucha atentamente a aquel que dice la verdad, a aquel que es humilde, a aquel que sabe rezar”. Por ese motivo, recomendó pedirle al Señor “tener esa actitud de gratitud, de pedido, y a la vez de reconocimiento. Porque Dios nunca nos va a humillar, Dios siempre nos va a enaltecer”.
Por el contrario, aclaró, “Dios nos dio la dignidad de existir como personas, nos dio la dignidad de creyentes, de cristianos en el Pueblo de Dios. Nos dio una misión y un destino: quiere que vayamos, a través de la oración, reconociendo estas dignidades que Dios nos da y que nadie nos puede quitar”.
“¡Acuérdate que, si eres humilde, dices la verdad; y si dices la verdad, siendo humilde, estás más cerca de Dios, estás más cerca de los hermanos! Si haces lo contrario, te alejas de Dios, te alejas de ti mismo y te alejas de los hermanos”, concluyó.+
Texto completo de la alocución
EL PUBLICANO Y EL FARISEO
Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús para el programa radial "Compartiendo el Evangelio", para el 30º domingo durante el año (24 de octubre de 2010)
San Lucas 18, 9-14
La actitud del publicano y el fariseo, o del fariseo y el publicano, nos revelan comportamientos, pensamientos, valores, posturas, posiciones, etc. Lo que es de desear, lo que debemos pedir, como todos debemos crecer y madurar en la vida, es acercarnos cada vez más al misterio de Dios.
En ese acercarnos nos vamos conociendo más a nosotros mismos, nos vamos teniendo más, nos vamos perteneciendo más. Cuando hay más luz, uno ve más las sombras, las percibe mejor.
Por eso cuando uno se acerca más a Dios, uno descubre su pecado, su limitación; mira en profundidad, mira en serio; no se mira superficialmente; no se mira “para la foto”, se ve en serio.
De allí que la actitud que uno tiene que pedirle a Dios, siempre, es la actitud de saber que Dios tiene misericordia de nosotros, que uno es necesitado, es un pobre que necesita y que Dios siempre escucha atentamente a aquél que dice la verdad, a aquel que es humilde, a aquel que sabe rezar.
Pidamos al Señor tener esa actitud de gratitud, de pedido, y a la vez de reconocimiento. Porque Dios nunca nos va a humillar, Dios siempre nos va a enaltecer.
Dios nos dio la dignidad de existir como personas, nos dio la dignidad de creyentes, de cristianos en el Pueblo de Dios. Nos dio una misión y un destino: quiere que vayamos, a través de la oración, reconociendo estas dignidades que Dios nos da y que nadie nos puede quitar.
¡Acuérdate que, si eres humilde, dices la verdad; y si dices la verdad, siendo humilde, estás más cerca de Dios, estás más cerca de los hermanos! Si haces lo contrario, te alejas de Dios, te alejas de ti mismo y te alejas de los hermanos.
Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús
AICA - Toda la información puede ser reproducida total o parcialmente citando la fuente
La actitud del publicano y el fariseo, o del fariseo y el publicano, nos revelan comportamientos, pensamientos, valores, posturas, posiciones, etc. Lo que es de desear, lo que debemos pedir, como todos debemos crecer y madurar en la vida, es acercarnos cada vez más al misterio de Dios.
En ese acercarnos nos vamos conociendo más a nosotros mismos, nos vamos teniendo más, nos vamos perteneciendo más. Cuando hay más luz, uno ve más las sombras, las percibe mejor.
Por eso cuando uno se acerca más a Dios, uno descubre su pecado, su limitación; mira en profundidad, mira en serio; no se mira superficialmente; no se mira “para la foto”, se ve en serio.
De allí que la actitud que uno tiene que pedirle a Dios, siempre, es la actitud de saber que Dios tiene misericordia de nosotros, que uno es necesitado, es un pobre que necesita y que Dios siempre escucha atentamente a aquél que dice la verdad, a aquel que es humilde, a aquel que sabe rezar.
Pidamos al Señor tener esa actitud de gratitud, de pedido, y a la vez de reconocimiento. Porque Dios nunca nos va a humillar, Dios siempre nos va a enaltecer.
Dios nos dio la dignidad de existir como personas, nos dio la dignidad de creyentes, de cristianos en el Pueblo de Dios. Nos dio una misión y un destino: quiere que vayamos, a través de la oración, reconociendo estas dignidades que Dios nos da y que nadie nos puede quitar.
¡Acuérdate que, si eres humilde, dices la verdad; y si dices la verdad, siendo humilde, estás más cerca de Dios, estás más cerca de los hermanos! Si haces lo contrario, te alejas de Dios, te alejas de ti mismo y te alejas de los hermanos.
Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús
AICA - Toda la información puede ser reproducida total o parcialmente citando la fuente
Comentarios