JACINTO BENAVENTE Y SU BREVE PASO POR LANÚS

JACINTO BENAVENTE Y SU BREVE PASO POR LANÚS
Gerardo Scioscia 
El tema que nos ocupa, lo encontramos recorriendo las amarillentas paginas del semanario ¨La Comuna¨, un periódico dirigido por Restituto Caraza y que ¨sostiene los principios del radicalismo según la leyenda impresa debajo del nombre. Por esas dos hojas, que algunas veces aparecía los días jueves y otras los sábados en Lanús, nos enteramos que en mayo de 1922, durante su paso por Buenos Aires, el dramaturgo Jacinto Benavente además de visitar en Lanús Oeste a un amigo de la infancia, también dedicó de puño y letra dos frases y su rubrica a los redactores de ese periódico, para más tarde ser agasajado por su director, que lo recibió en su propiedad conocida como "el Castillo¨, una sólida construcción levantada por su padre Carlos en el limite de los partido de Avellaneda y Lomas de Zamora, que con el correr de los años fue bautizado como Villa Caraza, que por entonces, era un paraje desolado donde reinaba el cardo y el aire sin contaminar. 

La construcción referida poseía su entrada principal por la denominada calle Del Agua o De Las Tropas, bautizada como Greonlandia en la década del 40 y conocida actualmente por Deán Funes, En esos mismos años, al lotearse el campo que lo rodeaba quedó, encerrado por las actuales calles Yerbal, Chubut y la avenida 25 de Mayo aunque en 1949, la construcción fue demolida y sus árboles talados para utilizarlos como leña.
Por esas dos hojas que componía el semanario, pudimos conocer detalles de esa visita del dramaturgo español nacido en 1866 y que se convirtió en la figura central del teatro español, en el periodo que alcanza desde finales del siglo XXI hasta los años posteriores de la guerra civil. La crónica publicada tras esa visita, también nos permite conocer algunas características que poseía el castillo, como por ejemplo, que el salón comedor se encontraba en la planta superior y que se accedía por una escalera caracol realizada en madera. Lamentablemente el referido edificio fue demolido varios años después de esa visita, borrando así un testimonio valioso del pasado de Lanús. En ese sentido vale destacar que hasta la instauración del servicio militar obligatorio, su amplío patio sirvió para el adiestramiento de las milicias.
Sobre ese cuerpo armado podemos agregar que ¨la guardia nacional es el antecedente más cercano del servicio militar y estuvo en vigencia en el país a partir de 1852¨. A diferencia de los cuerpos de línea, sus integrantes formaban parte de la reserva del ejercito y solo tenían la obligación de asistir periódicamente a ejercicios de adiestramiento militar. Los oficiales que lo mandaban eran también civiles y en todos los casos eran movidos a solicitud del gobierno central. La guardia nacional sigue en vigor hasta el 22 de octubre de 1895, que es cuando se anulan las anteriores normas de organización militar. Como corolario de esa ley, se realiza en1896 la primera maniobra militar, conocida con el nombre de Campaña de Curamalal, en la que intervienen 1700 oficiales y 20.000 soldados integrados en parte por la clase de 20 años. Esta campaña fue dirigida por los generales Luis María Campos y Alberto Capdevila.
 UNA FORTALEZA EN PLENO DESIERTO 
De acuerdo a los autores del libro ¨Del Pago del Riachuelo Al Partido de Lanús¨ Alberto S . J. De Paula, Ramón Gutiérrez y Graciela Viñuales el castillo donde el autor de ¨Los Intereses Creados¨ pasó algunas horas, se levantaba en un predio de ocho manzanas, que el entonces funcionario del Banco Provincia don Carlos Caraza, adquirió en 1874 a Manuel Reyna y que mas tarde amplió con la compra al municipio de Lomas de Zamora de otras 42 cuadras cuadradas, por la que abono 34.000 pesos. En esas tierras construyó su quinta apodada ¨El Castillo¨ por la imponencia de la vivienda que allí edifico. Su propiedad llegaba hasta la estación del ferrocarril Midland, que comenzó a funcionar en 1909.
Una de las características más saliente de ese edificio eran sus sólidas murallas flanqueadas por dos altas torre. La quinta luego heredada por su hijo Restituto que como señaláramos, dirigió el periódico ¨La Comuna", cumplió funciones como concejal y fue uno de los lideres del movimiento por la autonomía de Lanús, que finalmente se logró el 29 de septiembre de 1944 e iniciándose en la vida independiente, el primero de enero del año siguiente.
 Pajarera del Castillo 
En cuanto a Jacinto Benavente -que en 1912 había sido incorporado como Miembro de la Real Academia Española-, debemos recordar que de su pluma surgieron unas 170 obras y que ese mismo año, mientras completaba su gira por distintos países de habla hispana fue distinguido con el premio Nóbel de Literatura. Varias de las obras escritas por la pluma de Benavente eran de fondo mundano y gran agudeza, surgidas como reacción al melodrama de José Echegaray y Eizaguirre, otro dramaturgo y político español que vivió entre 1832 y 1916 y cultivo una temática que interesó a la alta sociedad de la época. Eizaguirre en 1904 recibió el Nóbel de literatura que compartió con el escritor francés en lengua provenzal Fréderíc Mistral, un hecho que provocó la protesta de esa clase social.
Las diferencias de Jacinto Benavente con el señalado autor francés se nota en sus primeras piezas, donde hace una crítica edulcorada a esa sociedad aristocrática, como ocurre en ¨El Nido Ajeno¨ escrita en 1894. Esa misma línea mantiene la obra ¨El Nido Ajeno¨ escrita dos años después, repitiendo esos mismos argumentos en ¨La Comida De Las Fieras¨ y "La Cursi¨ aparecidas 1998 y 1901 respectivamente.
La visita de intelectuales españoles a nuestro territorio se intensificó a partir del viaje de la Infanta Isabel de Borbón para el centenario, lo que significó un acercamiento de los gobiernos se la antigua metrópolis y la ex colonia. Por otra parte, entidades como la Asociación Cultural Española presidida por Avelino Gutiérrez, se ocuparon de promover la visita de intelectuales españoles.
Benavente llegó a nuestro país el 21 de abril de 1922 a bordo del vapor ¨Lutenia¨ y ya en Buenos Aires se reunió con hombres de teatro, y al tiempo que deslumbraba a los porteños con sus charlas, estrenó el drama ¨Más Allá de la Muerte¨ una obra donde por primera vez introduce cierta preocupación por lo sobre natural. En el trascurso de su estadía el autor teatral aprovecha para visitar a su compatriota y amigo de la infancia Juan Materradona, quien desde hacia varios años había decidido afincarse en el entonces partido de Avellaneda
De regreso a España su pluma no descansó y pronto dio a conocer nuevas obras teatrales. En 1928 pública ¨Pepa Doncel¨ y ya en su etapa final incluye piezas como ¨La Honradez de la Cerradura¨ dada a luz en 1942, ¨La Infanzona¨ en 1945, ¨Su Amante Esposa¨ en 1950 y ¨Ha Llegado Juan¨ en 1952 que será una de sus últimas obras dado que el 14 de julio de 1954 se apaga la vida del prolifero autor.
BENAVENTE VISITA A SU AMIGO EN LANÚS 
 En el número 282 del periódico ¨La Comuna¨ aparecido el 26 de abril de ese año, en un recuadro de unas pocas líneas, el cronista que indudablemente participó de ese encuentro describe que ¨El miércoles de la semana que acaba de pasar fue huésped de la casa de los esposos Materradona el insigne dramaturgo español don Jacinto Benavente¨.
El periodista agrega en otro párrafo que ¨Un hombre de tan esclarecida y tan universales cuanto reconocidos méritos intelectuales y espirituales, honra altamente con su venida, no solo la casa que le recibió con justo orgullo, sino al pueblo entero de Lanús, que lo ha visto entre los suyos a tan alto maestro¨.
¨La Comuna¨ que aprovecho la gratísima oportunidad para saludar al gran artista, renueva públicamente su admiración por el autor de ¨Los Intereses Creados¨, cuya personalidad llena hoy los más selectos círculos intelectuales de la América Latina, con motivo de su viaje al nuevo mundo. En el transcurso de ese encuentro de amigos del que participaron también cronistas de otros medios, el dramaturgo español estampó en un papel dos frases y su firma que dedico a los redactores de ese semanario que desde 1916 aparecía en Lanús, dedicando sus paginas al reclamo de la autonomía municipal y reflejar la poca atención que entonces recibía ese sector por parte del municipio de Avellaneda.
Por el estilo en que fue redactado ese texto, entendemos que el periodista que representó a ¨La Comuna¨, fue Juan Barca, ya que con esa prosa, encontramos otras notas suyas.
 Retrato y dibujo de Jacinto Benavente 
DEDICATORIA 
El seis de mayo, ¨La Comuna¨ ocupa toda su primera pagina para resaltar la labor del intelectual español, A tres columnas y a modo de titulo coloca el nombre de JACINTO BENAVENTE agregando como bajada del mismo que ¨La Comuna engalana hoy sus columnas con un autógrafo del gran dramaturgo, a quien el teatro de lengua castellana debe más de cien de sus mejores obras –Los dos pensamientos que nos envía serán recibidos como un mensaje de cariño, y llegaran a todo el ámbito de Lanús. Debajo de ese texto se insertó una copia fotográfica de las frases firmadas por Benavente, como así también el dibujo de su rostro, del que se destaca su frente calva, amplios bigotes, su barba triangular y una pluma atravesada por detrás y la rubrica del autor de ese dibujo, un tal R. Galvan.
Entretanto el cronista Juan Barca en el desarrollo de esa extensa nota a cinco columnas destaca entre otras cosas que ¨Y su nombre estaba escrito en nuestro ¨index de geniales¨ desde aquellos lejanos momentos en que los primeros temblores de su genio anunciaron la inserción, en los mismos fundamentos de la escena española, de un elemento desconocido hasta entonces. A partir de ese instante, en un incontenible fluir de su ingenio, aquellos temblores, que eran como una anunciación, porque desde ya quedaba realizada la genialidad de Jacinto Benavente, habrían de llegar, poco más tarde, a denunciar, enérgicamente, a la sensibilidad de los estéticos, una forma originalísima de expresar ciertas actitudes fenomélIcas de la complejidad de la siquis humana¨.
En uno de sus pensamientos dejado por Benavente para quienes editaban ¨La Comuna¨ el escritor manifestaba que ¨Materializar lo espiritual hasta hacerlo palpable, espiritualizar lo material hasta hacerlo invisible, es todo el secreto del arte¨ . Ese fue el recurso que Benavente utilizó a lo largo de su dilatada trayectoria cono escritor.
 Dedicatoria a editores de “La Comuna” 
ALMUERZO EN EL CASTILLO 
 Siguiendo el relato de Ernesto Mancusi un vecino que nació en Caraza en 1919 podemos conocer con que escenario se encontró el autor español durante su breve estadía en la quinta ¨El Castillo". Según el recuerdo de ese vecino la propiedad de Caraza contaba con dos caminos bordeados de árboles. Uno de ellos nacía en la calle Pilcomayo hoy Chubut, mientras que el ingreso principal se iniciaba en la calle Greolandia ( ahora Deán Funes ) y luego de trasponer el portón de acceso que se encontraba adornado con dos palmeras había un tambo, donde todas las mañanas se ordeñaban las vacas que durante el día pastaban en cercanías de la estación del ferrocarril Midland, y las que de noche, eran recogidas y encerradas en un corral. Por entonces también había varios toros de exposición adquiridos por Restituto Caraza.
Entrando por el sector del tambo, había una cocina, mientas de una noria movida por un caballo se extraía el agua fría, utilizada para refrescar la leche. Frente a la calle Greonlandia y luego de trasponer una sala en la que había una colección de armas, se accedía a los salones, en los que años más tarde funcionó la escuela N° 35. Hacia el fondo de esos salones se encontraba un invernáculo y los patios, donde abundaban los parrales. Según el relato de ese lugareño ¨al costado derecho de esos patios, existía una hilera de plantas de moras y un lote de plantas de mandarinas completaban el paisaje. Toda la construcción se encontraba rodeada por casuarinas y desde las altas torres se podía contemplar el paisaje que lo rodeaba. Ese es el escenario que piso Benavente en 1922 y cuyo silencio reinante en esa heredad, solamente era interrumpido de tanto en tanto por el agudo silbato del tren, que su conductor hacia sonar al acercarse a la estación distante a pocas cuadras de ese castillo, levantada en tierras que fueron de Caraza y que por esa razón llevaba su nombre.
De acuerdo a lo publicado por el semanario los primeros en llegar el domingo al almuerzo organizado por Restituto Caraza fueron el corresponsal del diario ¨La Nación¨ Felix Ferrario que lo hizo conduciendo su propio automóvil y acompañado por el vecino Juan Materradona y Jacinto Benavente.
Al igual que los mencionados comensales, el resto de la treintena de invitados a ese encuentro gastronómico también llegaron al Castillo ¨mucho rato antes de la hora señalada para comer¨ relató a tres columnas La Comuna en su ejemplar del 20 de mayo. Explica el cronista que eso se debió a que ¨Como el día era apacible y sereno, la mañana tibia era propicia para disfrutar unos instantes de la quietud campestre del lugar, circunstancia que estimulo en casi todos la anticipación de la llegada¨. En otro párrafo de la nota, el periodista detalla que ¨mientras arriba en el comedor, hacendosas manos familiares a la casa, disponían el arreglo de la mesa con reverente prolijidad, abajo, formando un corro al aire libre, conversan los invitados con don Jacinto¨.
En otras líneas el cronista nos pinta esa escena del siguiente modo :¨Ahora, se informan acerca de las cosas que hay en la heredad: Aquí una bandada de patos que huyen entreverándose, al paso de la gente; allí en medio de un serrallo sumisas congéneres, un gallo peripuesto que todo lo manda y lo dispone como un dictador; o un toro atado a un palenque por su fama de ser excesivo en los afectos con sus semejantes ( y con los que no lo son ) ; una vaca blanca y negra, que sigue rumiando tranquila, hachada sobre la hierba; y, así, el jardín, el invernáculo, el huerto...¨
Llegada la hora del almuerzo se anuncia a la concurrencia que ¨ya puede pasar al comedor¨ y al situarnos en ese instante describe que ¨Bajo el peso de los que suben, trepida una escalera de madera, de forma de caracol, que empieza en el fondo de un pasadizo y lleva hasta el comedor, dispuesto en el piso primero¨
Larga mesa, blanquísima, con muchas flores y utensillos sobre si aguarda. En un extremo hay un sitio de honor, evidentemente. Con leal ademán el dueño de casa indica aquel sitio a Benavente; le significa que puede ocuparlo, que es el que le está destinado:. El español toma asiento: con esa actitud indecisa, sin contorno; esa su sonrisa mefistofélica, sus frases truncas, quedas...muy quedas como si con sordos de remate se las viera¨ . Restituto Caraza ocupa el asiento izquierdo mientras que el amigo del autor español Juan Materradona se sienta a su derecha y, entre plato y plato, se desgranan recuerdo de la infancia y aspectos de la vida de cada uno de esos tres hombres, aunque las preguntas de Caraza giraban en torno a la producción literaria del español, por ser ¨un admirador de su obra¨, según se destaca en la crónica publicada en el semanario ¨La Comuna¨.
El almuerzo estuvo amenizado por el piano de la señorita Lidia Toscano que ¨ejecutó con exquisito gusto algunas composiciones clásicas, mientras que los payadores Ramón Vieytes y los hermanos Calvi deleitaron a la concurrencia con aires criollos. En cambio a la hora de los postres y durante la prolongada sobremesa no faltaron los discursos. El más prolongado fue el de bienvenida, que por encargo del dueño de casa, dio el ya referido Juan Barca, que seguramente también redacto la nota sobre ese encuentro y que apareció días más tarde pero sin firma, aunque por el estilo empleado, entendemos que fue escrita por él.
Luego de pronunciadas las primeras palabras agradeciendo haber sido designado para ese acto y la presencia del español, el orador le recordó sobre la casa que lo albergaba que ¨usted la podrá reconocer desde muy lejos, don Jacinto, en esta llanura, cada vez que quiera buscar su hospitalidad, noblemente ofrecida en lo que pueda ella tener de propio para satisfacerle. El verdor que la rodea hasta muy lejos tendrá un matiz descansador para sus ojos fatigados por las largas vigilias; la buena vaca del establo, madre generosa y servicial, le dará una copa cristalina de tibia leche para restaurar las fuerzas gastadas en el trabajo ímprobo de pensar y sentir tan hondamente; los árboles de su huerto le brindarán, con solo pedirlo, sus frutos, su sombra o su leño; sus ventanas amplias, abiertas al espacio gris de la pampa argentina, darán paso a la brisa pampeana, que vendrá a refrescar su frente ardorosa y pensativa. Todo lo ha resuelto Caraza, está esta desde ahora a su disposición y en su nombre se lo ofrezco todo¨.
En ese mismo ofrecimiento el orador destaca que ¨Usted podrá ver esta casa desde muy lejos don Jacinto cada vez que quiera hallar hospitalidad tan noblemente ofrecida" y agrega que ¨En medio de la pampa que conquistaron a los querandíes intrépidos hombres de su raza con Garay, y con Mendoza usted la reconocerá por unas torrecillas que coronan estos viejos muros y que tiene forma de agudísimos conos, cuyos vértices parecen buscar perennemente el infinito cielo gris, al igual que su alma de pensador y artista¨ la intervención de Juan Barca culmina con un ¨por Jacinto Benavente bebamos. Las palabras y ese brindis son agradecidas por el escritor¨ con frases breve, pronunciadas entono de cordialidad que lo distingue¨ según apunta el cronista.
Por su parte, el dueño de casa en un breve discurso confirma ese ofrecimiento que en su nombre hiciera Barca. Al termino de los discursos Jacinto Benavente se retira acompañado por su amigo Materradona en el automóvil de Félix Ferrario que al trasponer la tranquera de entrada dio lugar a que Benavente fuera saludado con una aclamación general, la que contesto el artista saludando y agitando el sombrero. Sin embargo ese desborde de entusiasmo demora la partida del invitado dando lugar a nuevas muestras de afecto. En el lugar que se habían detenido, Félix Ferrario aprovecha para leer un soneto que había escrito para el artista, mientras que el director del periódico ¨El Baluarte¨ Eduardo Etchart leyó un discurso conceptuoso.
Con esas muestras de cariño, el dramaturgo español completaba su visita a la quinta ¨El Castillo¨ de Restituto Caraza aunque antes de dejar Lanús, se detuvieron en la casa del corresponsal de ¨La Nación¨ para el brindis, con el que puso término a su paso por ese apenas poblado sector de Avellaneda, y que por entonces ya quería su autonomía, pero que dejó de lado ese reclamo por un momento para recibir como lo merecía, al autor de ¨Los Intereses Creados¨.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA 
´ La Comuna ¨ del 26 de abril, 6 y 20 de mayo de 1922. 
Historia Grafica de la Argentina N* 8 pagina 89 
Del Pago del Riachuelo al Partido de Lanús de Alberto S.J. de Paula, Ramón Gutierrez y .Graciela María Viñuales 
El Servicio Militar Obligatorio de Ricardo Rodríguez Molas 
Con Alma de Payador, novela de Roberto Garayalde 
Diccionario Enciclopédico Salvat tomo 4* 
Entrevista realizada por el autor al vecino Ernesto Mancusi en junio del 2000

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