Jueves 5 Jul 2018 | 08:56 am
Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): Continuando con sus reflexiones dominicales en el programa radial Compartiendo el Evangelio, el obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia, dedicó su comentario al texto del evangelio de San Marcos en el que se relatan dos episodios: el de la mujer que padecía una enfermedad desde hacía años y que al ver pasar a Jesús toca su manto y queda curada, y el de Jairo, jefe de la sinagoga local, cuya hija fue devuelta a la vida por Jesús.
El prelado aprovecha estos relatos que tienen que ver con la salud y con la vida, para proclamar que Dios es el autor de la vida, de toda vida, que “la vida es de Dios”.
Sobre el tema de la muerte, monseñor Frassia señaló que “la muerte es una realidad humana innegable. Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, vino a salvarnos de dos cosas fundamentales: del pecado y de la muerte. Con su muerte y su resurrección saca el pecado, nos libera de la esclavitud y nos quita el peso de la muerte. Nos da la vida eterna.
Y agregó: “Dios es Dios de vivos y no de muertos. La muerte es una pascua personal, un paso que no tiene dominio absoluto ya, no tiene la última palabra ya, porque la última palabra es la vida que Dios nos da. Otra cosa es el dolor, el desconsuelo que uno pueda tener, extrañar un ser querido. Dios no nos quita los dolores, pero sí vino a darle definitivamente sentido a la vida. Y la vida es de Dios”, y “Dios existe y está muy presente en nuestra vida; más presente de lo que nos podamos imaginar”, concluyó.+
.JPG)
Comentarios