DE LOS TIEMPOS SIN TANTA TECNOLOGÍA

Soy de otros tiempos y no lo niego. De esos tiempos donde a las damas se la acompañaba caminando tomado de su hombro o mano izquierda, con el fin de protegerla de cualquier posible salpicadura de agua o barro u otra contingencia, antigua costumbre originada en los tiempos de la colonia.

Entonces, así se las cuidaba ocasionales rebencazos de algún jinete que, apurando su cabalgadura, transitaba las estrechas calles de tierra del viejo Buenos Aires. Si, soy de esos tiempos donde se tendía la mano a la novia para ayudarla a bajar de algún transporte, o abrirle la puerta del coche, si se daba la circunstancia de viajar en auto. De cuando las promesas de amor se hacían en el zaguan y las palabras melosas abundaban.
Si, soy del tiempo donde no existía el watsapp, el celular ni la internet. Si, he sido un afortunado porque los mensajes de amor llegaban de otro modo. Por entonces comunicarte con tu novia desde lejos se hacia por un teléfono color negro y al escuchar su voz del otro lado, brincaba el corazón. No se si fue un tiempo mejor o peor, solo se que fue mi tiempo. Si mi tiempo. Tiempo ido, donde a la novia se les recitaba al poesías oído y uno se extasiaba en sus ojos.
He sido afortunado al vivir esa época. Como no serlo si los mensajes de amor no venían por ninguna aparato electrónico, llegaban en cartas perfumadas y los besos, esos besos apasionados se daban en la boca, entonces, como no ser feliz por ese tiempo de verdadero contacto humano.

S. G

Comentarios

Seguidores