NO CELEBRAMOS UNA DERROTA, RECORDAMOS UNA GESTA HISTORICA

NO CELEBRAMOS UNA DERROTA, RECORDAMOS UNA GESTA HISTORICA 
 En la nota titulada ¨ Delirio Nacionalista: el mito del Combate de Obligado ¨ que el historiador Luis Alberto Romero publicó en el diario Clarín del 9 de diciembre, desliza algunas imprecisiones sobre ese hecho da armas ocurrido el 20 de noviembre de 1845. 

En el articulo, se acusa a los revisionistas de ¨ muchas tergiversaciones ¨ sobre el tema de Obligado y sostiene que ¨ celebrar una derrota – como ocurre hoy con Malvinas- es la queintaescencia de nuestro enfermizo nacionalismo ¨. En cuanto al, resultado de la batalla asegura que ¨ no hay dudas que fue una derrota: los ingleses pasaron, y llegaron felizmente a Corrientes ¨. En el resto de la nota se trata de minimizar ese hecho de armas, olvidando que, si bien de este lado hubo más muertos que del de los invasores, se debió al poderoso armamento que poseía la fuerza coaligada invasora.
 Antes de avanzar en el tema dejaremos en claro que quienes estamos enrolado en el revisionismo histórico no celebramos una derrota, porque celebrar significa entre otras cosas regocijo público, nosotros recordamos porque recordar es traer a la memoria algo que por muchos años quienes vencieron en Caseros mantuvieron oculto.
 El articulo de Romero trasmite sin dudas el pensamiento liberal, de esos mismo liberales que cuestionaron a Rosas cuando decidió tender las cadenas a lo ancho del Paraná, para decirle que esas potencias extranjeras no tenían permiso para continuar navegando aguas de la Confederación. Basta con releer el párrafo que dice ¨ los ingleses pasaron, y llegaron felizmente a Corrientes ¨. No fue tan felizmente, porque sus barcos sufrieron daños de tal magnitud que les obligo a permanecer unos 40 días en el sitio para repararlos. Omite decir que en esa provincia se estaba organizando una expedición para invadir Buenos Aires, y que el convoy invasor no solo llevaba mercancía a esa provincia, sino también armamento para apoyar al ¨ cuarto ejercito libertador que ¨ el general José María Paz estaba organizando en esa provincia y donde ya tenían reunidos, entre otros, unos 4000 paraguayos que lanzarían contra los bonaerenses.
 TRATAN DE LOCO A ROSAS POR ENFRENTAR A ESE ENEMIGO 
 Por fortuna no hubo miedo a enfrentarlos, casó contrario, ese miedo hubiera paralizado a los protagonistas de la gesta y hoy la historia sería distintas. Tampoco fueron demasiados los que se sumaron a los dichos de Valentín Alsina que calificó de locura la medida adoptada por Juan Manuel de Rosas para frenar la prepotencia de esos dos países. Alsina, en una carta fechada el dos de noviembre y dirigida a su amigo Feliz Frías le manifestaba que ¨ Rosas ha cometido la locura de querer impedir el paso con baterías ( …)Locura digo, porque lo es querer competir tan luego en aguas con aquellas naciones que además de la enorme ventaja de los vapores, tienen su tremenda artillería a lo Paysar que Rosas y su gente no conocen todavía ¨. Pero la decisión de Rosas de encadenar el río ya había sido tomada.
 Una actitud muy distinta fue la adoptada por el vecino de Lomas de Zamora Manuel Antonio Grigera. En una carta fechada el 29 agosto de 1845 y dirigida al juez de Paz y comisario del Partido de Quilmes, Don. Manuel Gervasio López, Grigera, luego de expresarle que a pesar de tener problemas físicos, decia que ¨ creo de mi deber contribuir en lo que me es posible ala defensa de mi Paiz y sosten de la causa nacional de la Confederación, asies que siendo tan exesivos mis deseos y ardiente patriotismo que animan mi corazón que primero de ver sullugado ami paiz por los extranjeros y salvajes unitarios, sin embargo de mi inutilidad, sería capaz de aserme colocar en mi silla al pie de un cañon y tener el gran placer de ser el artillero que le diese fuego hasta concluir con mi existensia o concluir triunfar contra nuestros enemigos ¨. Así pensaban muchos de los enrolados en esa causa.
 Las baterías dispuestas por Rosas fueron cuatro y no dos como apunta en la nota. La primera ¨ Restaurador Rosas , estaba comandada por el ayudante mayor de marina Álvaro Alzogaray, la segunda, colocada a ciento diez varas de la primera se llamaba General Brown, comandada por su hijo Eduardo Brown, la tercera se ubicaba a cincuenta varas y denominada ¨ General Mansilla ¨ estaba mandada por el teniente de artillería Felipe Palacios, mientras la cuarta, denominada ¨ Manuelita ¨ se encontraba a 160 varas a la derecha de la primera y estaba mandada por el teniente coronel de artillería Juan Bautista Thorne, después conocido como el sordo de Obligado, sordera producida por duna fuerte contusión que sufriera durante ese encuentro de armas.
Como para desmerecer el daño que se les ocasiono, dice el historiador Romero que solamente tuvieron ¨ siete muertos y los porteños doscientos ¨ esto no fue así. Partiendo de la base que siempre los bandos en pugna tratan de aumentar o disminuir la cantidad de bajas según la conveniencia, no entendemos porque del lado invasor se admite que las victimas fatales fueron superiores a la cifra aportada en la nota. La diferencia la encontramos en el periódico francés ¨ Le Patriote Francais ¨ del 28 de noviembre. En sus paginas reseñaba al respecto de la batalla que ¨ al ser ocupadas las baterías fueron hallados 250 muertos en una, y 160 en otra ¨. En cambio, al referirse a la las bajas de las fuerzas combinadas agregaba que ¨ son de parte de los franceses, 18 muertos y 70 heridos ¨. Entre los muertos están Michud del St Martín, y entre los heridos el teniente Hello, del mismo barco; Vernex de la Pandur; Simoneau, de la Expeditive y Dariel, de la Fulton ¨.
 ¨ Los ingleses tuvieron 10 muertos y 25 heridos entre ellos el teniente Brickdale, de la Por su parte el periódico londinense el ¨ The Times ¨ en su ejemplar del día 13 de además de anunciar la destrucción de las baterías de Rosas en el Paraná, por las fuerzas combinadas de Inglaterra y Francia, también de refería a las bajas señalando sobre las mismas que ¨ se desconocen las perdidas del enemigo; los carros que se usaban para sacar los muertos y heridos las muestran como de importancia. En dos baterías solamente se hallaron 400, 250 en una y 150 en otra. Correspondencia privada hacia notar que en la vegetación cercana había muchos muertos. Es verdad que de este lado estuvo la mayor cantidad de muertos y eso se debió solamente a la superioridad del armamento utilizado por los invasores.
 El encuentro fue cruento. Nos tocó poner la mayor cantidad de sangre y con dolor los patriotas vieron el pasaje de esas naves dañadas seriamente, pero que luego de ser reparadas, continuaron viaje; sus armas pudieron más. De todos modos, las dos potencias extranjeras posteriormente reconocieron el derecho soberano de la Confederación sobre ese curso da agua, que el 20 de noviembre se tiño de rojo. La primera en hacerlo fue Inglaterra mediante el tratado Felipe Arana - Southern, rubricado en septiembre de 1849 y luego Francia, en septiembre de 1850 mediante el tratado Arana- Lepredur. Sin embargo, una de las primeras medidas adoptadas por los vencedores de Caseros el 3 de febrero de 1852, fue declarar la libre navegación de los ríos interiores de la Confederación.

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