ARGENTINA. NARCOTRAFICO CON ZONA LIBERADA

ARGENTINA. NARCOTRAFICO CON ZONA LIBERADA
Mientras el país vive el jubilo futbolistico ocasionado por unos triunfos impensados, la fría maquina del narcotrafico sigue construyendo en forma apasionado una red mortal de complicidades y encubrimientos para el mejor funcionamiento de su empresa mundial. 

 Detrás de la construcción de grandes edificios, de compras de campos, de pseudo-iglesias y empresas con abultada publicidad; se esconden intereses vinculados al manejo profesional de esa mercancía mortal que ha puesto a la Argentina en los primeros planos a nivel mundial; al considerársela, uno de los destinos por excelencia para blanquear capitales y exportar a otras latitudes, miles de kilos de la muerte blanca.
 En nuestro diario caminar observamos y vemos que el consumo de los alucinógenos, se hace ya casi de manera normal y a la vista del ocasional transeúnte que resulta testigo involuntario de esa adicción.
 Medios, periodistas, psicólogos, y autoridades en la materia han dado diferentes versiones sobre el consumo de los estupefacientes.
 Cada uno en su momento, explicaron su posición al respecto. Liberar el consumo o combatir con leyes severas, ese apego a las sustancias declaradas como las “enemigas de la sociedad”.
 El consumidor habitual, ahora ya en la etapa declarada como de “sin pudor”, lo hace a la vista publica sin temor al repudio de la sociedad; y es que los tiempos han cambiado.
 Antes, esta persona era estigmatizado como un drogadicto, ahora es visto como un paradigma de la rebelión social ante los prejuicios históricos.
 Artistas, intelectuales, cantantes, e innumerables personalidades se han declarado consumidores habituales de estas sustancias, e incluso con animo jocoso afirmaron “bueno che, un porrito no le hace mal a nadie...”.
 Pero detrás de ese supuesto inocente “porrito” , se halla una gigantesca maquinaria empresarial que genera fabulosas ganancias por la venta de drogas.
 Las distintas drogas a la venta generan diferentes y profundos cambios en la persona enferma; donde se produce un caldo de cultivo a la violencia inserta en nuestro ser, solo retenida algunas veces por ese llamado “freno inhibitorio”.
 Pero la potencia de las drogas, dan por tierra con esta frontera interior liberando la violencia interna del individuo, que fuera de si, desata un vendaval de sangre inocente ante la pasividad policial.
 Ya sin esa contención, el ser, se encuentra librado a lo que acontece en su derredor y reaccionara en consecuencia. Muchas de las veces son de consecuencias trágicas para nuestros vecinos; la crónica diaria da cuenta de innumerables asesinatos salvajes en ocasión de robo, cometidos por personas en conflicto con la Ley; que por testimonios recibidos se deduce con certeza, que actuaron bajos los efectos de las drogas ingeridas.
 La lucha esta planteada. Las grandes organizaciones criminales buscan afirmarse en el suelo argentino; ya han hecho las primeras inversiones, captado los primeros ejecutores de su plan y ahora se dedican con ahincó a perfeccionar su conquista territorial .
 En tanto esto ocurre, existe una sociedad pasiva, casi permisiva, que mira con frialdad lo que acontece, sin tener las fuerzas, las ganas o el coraje para ser parte de esta lucha sin cuartel, en defensa de nuestra familia.
 La tercera colonización de nuestro territorio viene marchando; se dice que para lograr la dominación de un territorio se debe conquistarlo económicamente en primer lugar, luego culturalmente y finalmente políticamente.
 Ahora el poder económico del narcotrafico esta haciendo estragos en nuestras provincias. De la mano de un poder político ausente y enfrascado en sus luchas internas para poder dirimir su permanencia en la cúspide; los zares de la droga sientan un precedente nefasto en la historia argentina.
 No hay voluntad política para combatir este flagelo mortal. Nadie quiere asumir su responsabilidad para defender a esta sociedad marchita y en decadencia. Solo hay algunos estertores muy publicitados pero vacíos de contenidos que se realizan para mantener a flote la idea de su compromiso social en la tarea asumida como representante del pueblo; en la jerga cotidiana se define simplemente, como una puesta en escena de algo que en la realidad, nunca se llevara a cabo.
 Como actor principal de esta agravante situación se hallan las fuerzas de seguridad, en la actualidad mas proclives a cuidarse ellos mismos que a la defensa de los intereses sociales. Y en varias provincias ya perdieron su batalla contra el delito organizado: Mendoza, Salta, Santa Fe, y ahora Buenos Aires, son los territorios dominados por estas organizaciones criminales.
 Todas ellas han sido conquistadas por el poder económico del narcotrafico. Y están soportando una lucha sangrienta que busca de manera violenta, someter a una sociedad timorata que no recibe respuestas validas de los defensores de sus derechos constitucionales.
 Las muertes de nuestros vecinos a manos de una delincuencia alienada por las drogas, ya se cuentan por cientos en las provincias y por miles en la totalidad del país; sin embargo para una sociedad cautiva de los medios, solo se dan a conocer algunos casos resonantes, que en definitiva son los que mas “venden”.
 Si por casualidad el asesinado es proveniente de una clase social “baja”, su muerte no llamara mucho la atención y la noticia sera tratada bajo el eufemismo de “un ajuste de cuentas”. Termino que se aplica para indicar que esta muerte no interesa o seguro, que algo habrá hecho.
 Por el contrario, si el afectado resulta ser hijo de... o pariente de...,proveniente de una familia de clase alta, su deceso sera tratado con otra mirada y condolencia. Resonantes titulares, copetes y volantas tendrían en vilo a una sociedad descreída hasta el hartazgo. Durante días sera la “noticia”, generadora de la charla en los bares, el trabajo y en el viaje. Sera el punto de discucion en cada encuentro y una toma de conciencia para acordarse, que esto le puede tocar a cualquiera de nosotros.
 La gravedad de la situación en materia de narcotrafico en la Argentina, no es tenida en cuenta y muchos la relativizan. Antes se decía que la inseguridad no existía, era simplemente una “sensación”, ahora se afirma de manera igual sobre esta materia.
 “En la Argentina no existe el NARCOTRAFICO, son solo afirmaciones de gente inescrupulosa con intereses creados.”
 Esta ruin manera de esconder nuestra realidad a nivel internacional, muestra una velada complicidad en los negocios del narcotrafico.
 Cada argentino sabe perfectamente que es lo que sucede en el país; algunos callan, ya sea por intereses políticos, económicos o de seguridad personal.
 Otros, que ya son parte del entramado de las drogas justifican sus acciones, con argumentos tan ridículos que hacen sonrojar a un carpincho.
 Y no ven que las muertes por el efecto de las drogas y sus acciones colaterales aumentan en forma vertiginosa sin freno alguno.
 Ahora, estamos en vísperas de unas nuevas elecciones. Donde los magos de la mentira, buscaran descaradamente el apoyo del pueblo para seguir fagocitando los alicaídos fondos públicos; sin inmutarse de lo que a Ud., como ciudadano le ocurre.
 Y las campañas políticas, se financian con dinero aportado por personas que buscan tener un rédito a su inversión; ¿quien puede asegurar que ese dinero aportado no proviene de los barones de las drogas.?
 Los costos de una campaña política, son cuantiosos. ¿ De donde proviene tanto dinero ?
 Muchas preguntas sobre el manejo de los fondos para la campaña política siguen sin respuesta. En despachos donde sientan sus abultados vientres los “representantes del pueblo”, intentamos entrevistarlos para clarificar estos manejos y solo recibimos el consabido “ deje su numero que ya lo vamos a llamar”; llamado que jamas se recibe.
 El NARCOTRAFICO y el manejo de los fondos proselitistas, tienen que ser tratados de una manera responsable y seria por los que asumieron sus funciones para mejorar nuestra calidad de vida, no la de ellos unicamente.
 Mientras tanto, millones de argentinos, ven a diario que los soldados del narcotrafico siguen la conquista del territorio nacional, tejiendo su red siniestra de complicidades a fuerza de su poder económico y de violencia.
Ya nada los detiene, un sinfín de crueles asesinatos son la muestra mas osada que deja la marca indeleble de un narcotrafico victorioso, que se afianza cada día mas en la Argentina.
 Mientras muchos se prueban el traje presidencial, la muerte blanca acecha a cada familia argentina que se halla sin defensa alguna y a merced de una violencia atroz desatada por el poder omnímodo de la droga.
 Y la Provincia de Buenos Aires en tiempo cercano va en camino de ser la base principal de esta deleznable fuente de riqueza, donde la violencia de bandas rivales dejaran el suelo teñido con sangre inocente en su búsqueda de dominación territorial.
 Si como ciudadano le interesa el porvenir de su familia, no deje de exigir a las autoridades actuales y las que van a venir, que asuman un compromiso social y político en la lucha contra los carteles de las drogas.
 No podemos dejar pasar por alto nuestro compromiso en la lucha contra este flagelo mundial. Argentina, en su pasado reciente tiene una historia fresca teñida de sangre, miles de personas murieron bajo la metralla de un Estado represor. En ese entonces muchos callamos, miramos para otro lado y nos alejábamos de la realidad; fuimos cómplices silenciosos de esas matanzas.
 Hoy estamos a las puertas de una nueva masacre que consumirá a otra generación de jóvenes; no seamos hipócritas, no dejemos que nuestros jóvenes mueran silenciosamente a manos de este narcotrafico que pronto golpeara a nuestra puerta.
 Para ese entonces cercano; todo lo que hagamos, ya sera demasiado tarde.

 Alfredo Silverio Rodriguez 
 DNI.11894278 
 Almirante Brown Seguridad Ciudadana

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