PASAJEROS DE PRIMERA Y DE SEGUNDA

PASAJEROS DE PRIMERA Y DE SEGUNDA 
 Se dice que todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones, sin embargo, algunas veces las cosas no siempre son de ese modo. Veamos: al utilizar un trasporte público, nos encontramos que hay pasajeros de primera y de segunda pese a que todos pagan el mismo valor de boleto por el mismo recorrido. En todos los casos, el pasajero abona una determinada cantidad de pesos que siempre esta de acuerdo al trayecto que ha de realizar, aunque no todos reciben el mismo beneficio. 

 Oportunamente el escritor Santiago calzadilla se refirió al tranvía como ¨ Trono de la Igualdad ¨ porque en el se mezclaban las clases sociales y convivían todo el tiempo que duraba el viaje. Aunque ese trasporte ha desaparecido en los colectivos, subtes y trenes se repite el mismo fenómeno. En esos trasporte se mezclan, el tornero con el oficinista, el comerciante con el doctor y el ama de casa con el estudiante, aunque unos viajen cómodos y otros no tanto. Hay casos de trabajadores que en los desplazamientos de ida a sus diarias tareas o de regreso a su casa, emplea en cada uno cerca de una hora y no siempre lo hace de modo cómodo como lo mereciera, es decir no siempre viaja sentado.
 Hasta aquí es lo que sucede a diario y estamos tan acostumbrados a que así sea, que hay detalles que no tenemos en cuenta. Uno de ellos- como ya vimos-, es que no siempre se recibe un buen trato, en especial en las horas picos. Otro, es el pagar por viajar sentado o parado el mismo valor de boleto, aunque se viaje apretado como ¨ sardina enlatada ´ generando una desigualdad entre los usuarios. Hubo tiempos donde al completarse los asientos, se utilizaba un cartel de ´ completo ¨. Las cosas han cambiado y hoy se llega a viajar apenas sostenido de los pasamanos, con el riesgo que ello implica.
 Si tomamos en cuenta lo que ocurre en otras actividades, notaremos que hay diferencias en el trato de las personas. Eso ocurre con los espectáculos públicos, donde el importe de las entradas varía de acuerdo a la distancia que se encuentre uno del escenario, o la ubicación en la tribuna, cuando se trata de un partido de fútbol. Es decir que pagan de acuerdo a la dificultad que se tiene de uno u otro lugar para observar el espectáculo. La referencia es a modo de ejemplo, aunque no sería una mala idea poner en practica un sistema similar, para que los usuarios del trasporte de pasajeros. De ese modo quienes viajen parados pagarían un valor menor al que abonan los que lo hacen cómodamente sentados.

 sciosciagerardo@gmail.com

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