Mons. Frassia pidió a María Virgen que ayude a los católicos a vivir la fe

Mons. Frassia pidió a María Virgen que ayude a los católicos a vivir la fe 
 Miercoles 14 Ago 2013 | 12:12 pm
Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, dirigió un mensaje a la comunidad eclesial con motivo de la fiesta de la Asunción de María Virgen, patrona diocesana y de la ciudad de Avellaneda, en el que destacó que ella es “la mujer de la síntesis, del equilibrio de la fe, de la humildad, de la ternura, de la pobreza y del amor. Todo en Ella conduce al único camino que es Cristo, verdad y vida”. Ante “alternativas de vida que hoy se presentan a la verdad y al amor son muchos y muy diversos, pero en su mayoría conducen al hartazgo, al desánimo, a la derrota, al vaciamiento, a la pérdida de la objetividad, en todos los ámbitos”, el prelado dijo que “la Virgen nos muestra la síntesis en nuestra vida y nos anima maternalmente a buscar y hacer lo que Jesús nos diga”. “Que esta celebración nos ayude a superar todas las dificultades y que la Virgen interceda por nosotros, por nuestras familias y por nuestra Patria, para que la hagamos cada vez más habitable para que podamos pasar de ser habitantes a ciudadanos y nos comprometamos con una nueva civilización del amor, que no se si la merecemos, pero sí estoy seguro que la necesitamos”, subrayó. 

 El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, dirigió un mensaje a la comunidad eclesial con motivo de la fiesta de la Asunción de María Virgen, patrona diocesana y de la ciudad de Avellaneda, en el que destacó que ella es “la mujer de la síntesis, del equilibrio de la fe, de la humildad, de la ternura, de la pobreza y del amor. Todo en Ella conduce al único camino que es Cristo, verdad y vida”.
 “En este Año de la Fe, hemos intentado acercarnos a la profundidad del misterio de Dios. La fe es la respuesta a la iniciativa divina. Esa Palabra que nos fue propuesta y consumada en Cristo, requiere que al escucharla y recibirla inmediatamente deba ser pronunciada y testimoniada. La fe es el conocimiento más cierto y objetivo que tiene el ser humano. Es el asentimiento y la confianza en que nosotros nos podemos apoyar para no quedar a la deriva ni ser confundidos. Lejos de ir contra la razón, esta se ve potenciada e iluminada”, subrayó.
 El prelado recordó que “la fe nos lleva a la verdad y al amor. A tal punto que podemos decir, como el papa Francisco: ‘Solo en cuanto está fundado en la verdad, el amor puede perdurar en el tiempo, superar la fugacidad del instante y permanecer firme para dar consistencia a un camino en común’”.
 “El amor verdadero, unifica todos los elementos de la persona y se convierte en una luz nueva hacia una vida grande y plena. Sin verdad el amor no puede ofrecer un vínculo sólido. El amor necesita la verdad, también la verdad tiene necesidad del amor. Amor y verdad no se pueden separar”, agregó citando nuevamente la encíclica “La Luz de la fe”.
 El obispo advirtió que “las alternativas de vida que hoy se presentan a la verdad y al amor son muchos y muy diversos, pero en su mayoría conducen al hartazgo, al desánimo, a la derrota, al vaciamiento, a la pérdida de la objetividad, en todos los ámbitos, personales, familiares, sociales, políticos, porque se pretende explicar todo sobre la base del relativismo, no solo en las palabras, y en las ideas, sino también en las acciones y en las conductas, públicas y privadas, como si todo fuera lo mismo, y según la necesidad del consumidor. Así se renuncia al misterio y a la trascendencia”.
 Por esta razón, el obispo sostuvo que “la contemplación de la Virgen, mujer perfecta, llevada en cuerpo y alma al cielo, nos muestra la síntesis en nuestra vida y nos anima maternalmente a buscar y hacer lo que Jesús nos diga”.
 Monseñor Frassia pidió a los ciudadanos del municipio dejarse “sorprender por todas las maravillas que Dios en nuestro tiempo nos regala: un Papa argentino, latinoamericano; la experiencia fuerte y contundente de la Jornada Mundial de la Juventud, en Río de Janeiro, Brasil; la proximidad de la beatificación del Cura Brochero. Y la realización de nuestras fiestas patronales diocesanas. Muchas cosas, mucho se nos ha dado, pero mucho debemos responder. Obremos con coherencia: fe y vida; fe y razón; verdad y amor”.
 “Que esta celebración nos ayude a superar todas las dificultades y que la Virgen interceda por nosotros, por nuestras familias y por nuestra Patria, para que la hagamos cada vez más habitable para que podamos pasar de ser habitantes a ciudadanos y nos comprometamos con una nueva civilización del amor, que no se si la merecemos, pero sí estoy seguro que la necesitamos”, concluyó.+

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