“Es necesario volver a vivir en la verdad y en el amor”

“Es necesario volver a vivir en la verdad y en el amor” 
 Jueves 2 May 2013 | 10:51 am 
 Amar, "pero en serio", dijo el obispo
Avellaneda (Buenos Aires) 
(AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, dirigió un mensaje por radios de Capital Federal y el Gran Buenos Aires en el que llamó a volver a vivir en la verdad y en el amor a Dios, a uno mismo y a nuestros hermanos, “pero en serio”, porque de esta manera “todo cobra sentido”. “¡No hay otra cosa!, ¡no hay otro sentido! Es fuente y da sentido a todo, y si hay una tristeza muy grande, la de no ser santos, porque la tristeza más grande del ser humano es no saber amar”, añadió.

 El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, dirigió un mensaje por radios de Capital Federal y el Gran Buenos Aires en el que llamó a volver a vivir en la verdad y en el amor a Dios, a uno mismo y a nuestros hermanos, “pero en serio”, porque de esta manera “todo cobra sentido”.
 Reflexionando sobre el evangelio del domingo, el obispo estimó que la herencia de Jesús se resume en el mandamiento nuevo –“Que se amen los unos a los otros”-, que es la “nota determinante” de la “nueva creación” que se gesta tras la Resurrección.
 Asimismo, el prelado dijo que el amor “es aquello que nos da el sentido y nos orienta a través de la fe”, y en alusión al Año de la Fe, llamó a tomar conciencia de que hay que vivir esta realidad “retomando el sentido, desterrando los medios y superando los vaciamientos, las caricaturas, las posturas superficiales que gastan, vacían y quitan sentido”.
 “Es necesario volver a vivir en la verdad y en el amor. Amor a Dios. Amarse a uno mismo. Amor a nuestros hermanos, pero en serio. El respeto, la libertad, la consideración, el cuidado. Todos nosotros tenemos que cuidar, con un amor de providencia, a nuestros hermanos”, dijo el prelado.
 Finalmente, recordó que Cristo advierte que “en el amor que se tengan unos a otros” el mundo reconocerá a los cristianos: “¡No hay otra cosa!, ¡no hay otro sentido! Es fuente y da sentido a todo, y sí hay una tristeza muy grande, la de no ser santos, porque la tristeza más grande del ser humano es no saber amar”.
 “Cristo vino a quitarnos de la tristeza. “¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo! ¡Amen con el mismo amor que yo los he amado!”, resumió monseñor Frassia.+

 Texto completo de la homilía 
 Volver a vivir en la verdad y en el amor 
Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en el programa radial Compartiendo el Evangelio (Quinto domingo de Pascua, 28 de abril de 2013) 

" Durante la última cena, cuando Judas salió, Jesús dijo: «Ahora el Hijo del Hombre ha sido glorificado y Dios es glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros.» (San Juan 13,31-33a.34-35)

 El testamento de Jesús y la herencia que nosotros recibimos, se resume fundamentalmente en el mandamiento nuevo que es El Amor. Él ya se entregó, ya aceptó, había pedido que de ser posible pasara de él ese cáliz, pero que no se cumpliera su voluntad sino la voluntad del Padre. En esa entrega, asumiendo el pecado del mundo, nos da su amor en la cruz. 
 La novedad de la resurrección, crea y realiza en nosotros una nueva creación. Así como en la creación y en todo lo creado, tiene bondad, mucha mayor bondad y belleza tiene la nueva creación; a partir de Cristo que es el nuevo Adán. 
 La nota determinante de esta nueva creación es el amor. El amor estás sostenido e iluminado por la fe; la fe nos lleva a la madurez, a la plenitud que es el amor. Y el amor es aquello que nos da el sentido y nos orienta a través de la fe. Y en este Año de la Fe que estamos viviendo, tenemos que tomar conciencia que tenemos que vivir esta realidad: la caridad y el amor. Retomar el sentido, desterrar los miedos, superar el vaciamiento de las palabras, las caricaturas de las palabras, las posturas superficiales, artificiales, que gastan, vacían y quitan sentido. 
 Es necesario volver a vivir en la verdad y en el amor. 
 Amor a Dios. 
 Amarse a uno mismo. 
 Amor a nuestros hermanos, pero en serio. 
 El respeto, la libertad, la consideración, el cuidado. 
 Todos nosotros tenemos que cuidar, con un amor de providencia, a nuestros hermanos. 
 En la actitud de vivir este testamento, “todos reconocerán que entendieron y que serán mis discípulos”, dice Jesús, “en el amor que se tengan los unos a los otros” ¡no hay otra cosa!, ¡no hay otro sentido! Este es el que culmina pero también es fuente y da sentido a todo. Y si hay una tristeza muy grande, la de no ser santos, la tristeza más grande del ser humano es no saber amar. Y eso no se compra con nada. Por todo eso, Cristo vino a quitarnos de la tristeza. “¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo! ¡Amen con el mismo amor que yo los he amado!” 
 Que los frutos de la Pascua también echen raíces en nuestro corazón, en nuestra vida, en nuestras motivaciones, en nuestras actitudes y responsabilidades. 
 Les dijo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 
Amén 

 Mons. Rubén Oscar Frassia, 
obispo de Avellaneda-Lanús

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