Epifenómeno, Por Lucas López

Epifenómeno
Por Lucas López
 Conmutando atenciones de lo experimentable, transitamos el posibilismo-gnoseológico. Afirmando y negando, lo receptivo y lo incoherente a nuestra felicidad patrimonial de Verdad, buscamos filiarnos en la convergencia a un lenguaje socialmente nutritivo y aceptado. Sin hacer perder sus cualidades conjuntivas y conmensurables con otros modos de expresión, confinamos tal tarea hacia la distinción operativamente nueva que pueda proveernos tal aparato creador-interpretativo y comunicativo. 

 Sin embargo, tal pretensión: ¿de dónde surge? ¿Cómo se desenvuelve en nuestra gradación valorativa de lo real? En todo caso, ¿qué condiciones valorativas se presentan para guiar semejante actividad? ¿Adjudicamos dis-valor a aquello que incomode a cierta intencionalidad procuradora de lo nuevo? Si hablamos de valores, gradación ontológica, consagración de un lenguaje intersubjetivo, ¿no nos estamos moviendo (también) en un campo ético-político?
 Iniciar tal búsqueda paleo-subjetiva puede resultar atractiva. Hasta podría llevar a algunos a convencerse de determinadas proto-formas categoriales. Lejos de esto, la salvación de lo existente frente al concepto sistematizado también aparece como canal aprehensivo. Entonces, ¿lo que estaría en juego es, como otras tantas veces, la estructuración de cierto absoluto y la individualidad irrepetible de lo particular? Puede que esta cuestión esté conminada por una inmediata respuesta ético-político, sin embargo no deja de ser menos interesante a la hora de fundar con profundidad tal sentencia práctica.
 Ahora bien, el epifenómeno (fenómeno sobrante) que vivenciamos a la hora de componer tal lenguaje pareciera que se determina bajo los límites de la inclinación reflexiva que realizamos en nuestra lucha cognitiva. El interés que regula lo atendido, permite lucubrar el des-interés por esta presentación espacio-temporal des-atendida. La posible conmiseración que podamos tener del epifenómeno, como parte secundaria de nuestra apreciación-de-lo-que-sucede, permite preguntarnos sobre nuestra capacidad de demarcación; sobre nuestra autorrestricción de observación múltiple y la amenaza de reificar-nos. Quizás algunas preguntas antes planteadas puedan contestarse introduciéndonos en la amplitud del epifenómeno; probablemente sea hora de romper tal cerca que lo separa del fenómeno circunscripto y propiciar abordajes múltiples y complejos.

 Lucas R. López 
 lucasrl@hotmail.com.ar

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