"Particularizando lo general", Por Lucas Lòpez

Particularizando lo general
Por Lucas Lòpez
Es verdad que las disputas intelectuales sobre como descender en análisis de ciertos sucesos que hoy aparecen en nuestra historia nacional, y brindar una explicación sobre los mismos, genera cierto casting de ideas para tratar de hacer entender mejor la interconexión de nociones que cada mapa conceptual, de cada pensador, trae consigo de su caracterización general de la coyuntura, el cual es presentado con rimbombante pretexto científico.
La cuestión de determinar la polarización entre particular-general, como acaba de realizar Ricardo Forster en estos últimos días en relación al conflicto minero, es asignar densidad propositiva a los agentes en juego de una manera meramente geográfica-política y, si se quiere también, desplegándose de ese posicionamiento, cuantitativa. Es decir, propone un carácter referencial a cada sujeto en disputa (habitantes de pueblos donde se practica la mega minería, y el resto de los habitantes de la nación (representados en este conflicto primeramente por el Poder Ejecutivo Nacional, y luego por el gobernador provincial de la provincia que usufructúa dicha extracción minera, como garante de dicho lucro)) desde un criterio estrictamente geopolítico-cuantitativo: el pueblo provincial contra la región y la nación; los pocos contra los muchos; el interés de los vecinos de un pueblo cordillerano contra el interés del pueblo argentino. Sin ahondar en el pronunciamiento mismo de la protesta, y en el espíritu de la reivindicación de los vecinos y ambientalistas (el cual inspiró, a partir de la movilización generada por estos mismos, la necesidad de pensar esta problemática hasta el momento no atendida por el “intelecto público”), es posible dejar caer sobre la identificación de las voces en juego la intención personal de una función política estructurada que lejos esta de considerar la problemática en sus reales cauces. ¿Cómo sabemos que voz es la representante del interés del pueblo, de lo general? ¿Sólo por la cantidad de personas que se movilizan en relación al total de habitantes que constituyen lo general? ¿Sólo por la cantidad de pueblos en relación a todos los pueblos de lo general? Entiendo que Forster respondería con un rotundo no, pero la introducción de la lógica por él formulada abre caminos a pensar que lo cuantitativo-geográfico es lo que define la responsabilidad del acto de pronunciación y el interés de lo general en un momento temporal dado, como si la comprensión fuera un acto instantáneo y no constructivo, es decir, contradictorio y superador de instancias rezagadas en su expansión espacio-temporal. ¿Están definidos realmente estos parámetros de la manera como el filosofo comunista lo propone? Posiblemente la obligación de dar una respuesta apresurada permitió discriminar de cierta manera poco clara.
Esto nos permite pensar en el carácter cualitativo de la cuestión, en su análisis a partir de la propuesta misma, de su calidad y no de su número; por lo menos del número en su comienzo-evidente, ya que la intencionalidad/espíritu de la propuesta del primer número (particular, minoritario, pueblerino) puede incluir un numero mayor (general, mayoritario, nacional -y por qué no internacional). De esta manera, enfrascar de antemano, sin estudio argumentado sobre el texto que promueve pensar este acontecimiento, seria asignar representaciones vagas a unas voces vagas. Es por ello que, ante la inminente falta de convencimiento sobre lo acontecido, Forster conviene en que se abra el debate sobre esta problemática, sin embargo planteando a priori quien se afirma como particular y quien como general. En todo caso, la pregunta es confirmar, ante la sucesión de diversos hechos particulares, si lo particular actúa como singularidad de lo general. En esta respuesta se respondería por partida doble, ya que quedaría delimitada también la representación de lo particular y de lo general en los sujetos bajo reyerta. En este sentido, queda claro que la lógica se descubre a posteriori y no se pone a priori.
Es alentador pensar estos acontecimientos, y adecuarles un lenguaje que los simbolice desde un abordaje a la realidad de su desarrollo. El temor frente a lo posible denunciante de lo obtenido, puede promover una defensa desenfrenada que, en la gratificación catártica de la oposición conceptual inconmensurable, vacíe el conocimiento del análisis. Comportamiento algo revulsivo de entendimiento y poco comprometido intelectualmente.

Lucas R. López
lucasrl@hotmail.com.ar

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