HACIA LA PRIMAVERA CONGRESAL, Por Silvano Zapiràn

Hacia la Primavera congresal (boceto sobre la expectativa que deja la silueta electoral lanusense)
Por Silvano Zapiràn
Los resultados electorales no demostraron mayores sobresaltos a las expectativas desarrolladas de antemano. Una intención de voto hacia el oficialismo nacional y provincial (voto sojero incluido), una desmembración de la oposición patronal que perdió en dos años ese caudal electoral rural y empresarial (debido a la derechización del gobierno), y el apoyo antiproscriptivo que recibió la izquierda para participar en octubre (intuición que se venía gestando en crescendo desde los últimos días antes de los comicios).

En el caso de Lanùs, Díaz Pérez coronó el podio con solo el 24% ¿Bastará para ganar la intendencia dentro de dos meses? El bodrio que revelan sus extremadamente publicitados inmediatos opositores, con apenas un 8% de intención de votos, hace de estos “endeudadores” y “militarizadores” posibilidades poco fiables para los agraciados del tesoro publico. La “ley de corazón” que moviliza a estas fuerzas políticas implica la representación del interés especulativo del capital y no la superación de las necesidades de la población. Por eso ninguno de ellos en su campaña planteó el 82% móvil, ni un salario mínimo igual a la canasta familiar, etc. La complicación (en tanto incluye) que ello refleja no es más que otra descripción oportuna de la inmanencia de la subjetividad antipopular que advertimos en las opciones políticas de nuestra región, las cuales ocupan la representación política tanto en los cargos ejecutivos como legislativos.
Planteado ya el resultado de las elecciones presidenciales de octubre, nuestra aprehensión crítica debe estimular, durante el período pre-electoral, la apreciación pertinente que permita ilustrar la alternativa política que debiera ingresar a los ámbitos legislativos (nacionales, provinciales, comunales) para poner sobre el mantel los planteamientos primordiales y necesarios que hoy alcanzan a grandes sectores de la población. La ocupación será la de permitir que la elección del libre albedrío, transposicionada en voto, conduzca a la consecución de libertad del sujeto. Es decir, a generar un espacio en los “deliberativos” nacionales, provinciales y comunales, en los cuales la posibilidad de autonomía del sujeto representado, tanto en su condición individual como social, pueda encontrar un camino fáctico socialmente entendido. En donde las opresiones de hoy en día puedan ser realmente denunciadas en los cuerpos institucionales democráticos, permitiendo a los mismos que sufren semejante ignominia conformar las planificaciones correspondientes para revertir la indignación de la cual son parte: bancas legislativas como voz de reclamo del pueblo. Las bancas legislativas son de él y de sus planteos reivindicativos. La cualidad de forma de la banca legislativa esta impregnada de la vociferación de los opuestos que atraviesan la vida de los individuos. Desde estos, y por medio de la banca, la construcción de conocimiento que permita plantear proyectos superadores a las condiciones contrarias existentes. Allí es hacia donde debemos direccionarnos para darle sentido a la banca legislativa y poder elegir a quienes la ocupen coherentemente a su función. La banca como elemento político de los que hoy no tienen voz; como reclamo de las cuestiones “pendientes” del “modelo”; como sepulturero de la censura y del oprobio social.
¿Quién va a proponer en el Honorable Concejo Deliberante de Lanùs un proyecto de construcción de viviendas populares? ¿Quién?…

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