EL AMOR ES LA VOLUNTAD DE LO QUE UNO ESTA DISPUESTO A ENTREGAR

El amor es la voluntad de lo que uno está dispuesto a entregar
Avellaneda (Buenos Aires), 31 May. 11 (AICA)
Mons. Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanus
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, reflexionó sobre el Evangelio del día en el programa radial "Compartiendo el Evangelio".

Para comenzar, el prelado recordó las palabras de Cristo: “Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos” y reclamó: “Hoy en día, la literatura y las costumbres son tan disolventes, tan negativas, que pareciera que seguir la norma y el valor de los mandamientos, es una imposición”.
“El amor no se somete a las ganas. El amor es la voluntad de lo que uno tiene que obrar, de lo que uno quiere hacer y de lo que uno está dispuesto a entregar” aseguró monseñor Frassia.
El obispo dijo que para poder vivir en la madurez, encarnando el espíritu de Dios, es importante “superar ese nivel de individualismo, de superficialidad, o el infantilismo que muchas veces podemos tener”.
Para concluir, citó la frase de Cristo: “¡No teman, no tengan miedo!, yo estaré con ustedes. Yo vivo y ustedes vivirán. Yo estoy en mi Padre y ustedes están en mí y yo en ustedes; el que cumple los mandamientos y me ama, será amado por mi Padre y yo lo amaré y me manifestaré a él”. +
Texto completo de la alocución
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD
Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús en el programa radial "Compartiendo el Evangelio", Para el 6º domingo de Pascua (29 de mayo de 2011)
San Juan 14,15-21

Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.
Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes.
Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo y también ustedes vivirán.
Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y yo en ustedes.
El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él".
Cristo reza al Padre para que, el Padre y El, nos envíe el Paráclito, el Espíritu Santo. Hay que tener en cuenta el ámbito en el que están dichas estas palabras, ámbito de intimidad, en la Última Cena, donde Cristo sabe que pronto va a morir, sacrificado, traicionado y que se queda en la Eucaristía, está dando a los Apóstoles -y en ellos a nosotros-, lo más importante, lo más íntimo: “si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos” Lo que significa el amor y cumplir los mandamientos.
Hoy en día, la literatura y las costumbres son tan disolventes, tan negativas, que pareciera que si uno tiene que cumplir los mandamientos, si uno tiene que “atarse” a ellos, si uno tiene que seguirla norma y el valor de los mandamientos, pareciera que es una imposición. Y como hoy nada se debe “imponer”, no hay que seguirlo; porque es una pálida, es una cosa aburrida, porque eso es arcaico, porque eso está pasado de moda, porque eso no tiene actualidad ni vigencia. Sin embargo ¡qué actualidad tiene!, y ¡cuánta vigencia hay!
El amor no se somete a las ganas. El amor es la voluntad de lo que uno tiene que obrar, de lo que uno quiere hacer y de lo que uno está dispuesto a entregar. Por eso, voluntad de amor y no voluntad de ganas; es importante superar ese nivel de individualismo, de superficialidad, o el infantilismo que muchas veces podemos tener, para poder vivir en la madurez. Y todos sabemos muy bien que la madurez no siempre va correlativamente a los años o a las canas- es vivir y encarnar el espíritu de Dios en cada uno de nosotros
El Espíritu de la Verdad, a quien muchos dicen conocer pero no lo conocen. Quizás haya personas que digan que el Espíritu permanece en ellos y, a lo mejor, no está.
Esta súplica, este pedido, de que el Señor venga, que no nos deje huérfanos, que Él va a estar con nosotros, que nos dice “¡no teman, no tengan miedo!, Yo estaré con ustedes. Yo vivo y ustedes vivirán. Yo estoy en mi Padre y ustedes están en mí y yo en ustedes; el que cumple los mandamientos y me ama, será amado por mi Padre y yo lo amaré y me manifestaré a él”
Les dejo mi bendición en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús
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