LA ORACION ES ESENCIAL PARA NUESTRA VIDA


La oración es esencial para nuestra vida
Avellaneda, 30 Jul. 10 (AICA)
Vida y oración

La oración “es esencial para nuestra vida”. En primer lugar, es una “respuesta a Dios, más que un pedido”, porque “el que tiene la iniciativa es Dios: Él nos habla y nosotros lo escuchamos; Él pone las condiciones y nosotros las asumimos o las rechazamos”, dijo monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en su mensaje radial del fin de semana.

En ese sentido, advirtió que a veces se “reza mal” y “uno pretende reducirlo a Dios a su modo de ser, a su conveniencia”. También ocurre que “si uno reza, se excusa por sus insuficiencias, sus incapacidade, por su pereza”. Sin embargo, “la oración es saber que Dios está cerca, frente a nosotros, al lado de nosotros y en nosotros. Es como un permanente diálogo peros sucitado con confianza”.
Recordó asimismo que la oración implica “hacer su voluntad y no la propia” y que “por eso la oración es un hecho vital más que verbal”. Indicó que la oración “es falsa cuando se la disocia”, cuando se quiere “engañar a Dios” y “cuando uno se engaña a sí mismo”. Y esta oración, aseguró, “es ineficaz y débil”. Porque “la vida y la oración no son separadas” sino que “al contrario: la vida se expresa en la oración y la oración asume todo lo de nuestra vida”.+

Texto completo de la alocución
LA ORACIÓN
Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús para el programa radial "Compartiendo el Evangelio" para 17º domingo durante el año (25 de julio de 2010)

San Lucas 11, 1 -13 (ciclo C)
En este Evangelio, el Señor nos habla de la importancia de la oración, que es esencial para nuestra vida. Porque cuando uno deja de rezar la vida se complica, se torna ms pesada; se hace ms oscura, se hace ms lenta, se hace ms compleja. Esto es lo que a veces nos pasa y por eso disminuye la calidad de nuestra vida y la calidad de nuestra respuesta.
La oración, en primer lugar, es respuesta a Dios, ms que pedido. Es respuesta porque el que tiene la iniciativa es Dios: El nos habla y nosotros lo escuchamos; El pone las condiciones y nosotros las asumimos o las rechazamos.
A veces, cuando uno reza mal, uno pretende reducirlo a Dios a su modo de ser, a su conveniencia. O si no uno reza y se excusa por sus insuficiencias, sus incapacidades, por su pereza; la oración es saber que Dios está cerca, frente a nosotros, al lado de nosotros y en nosotros. Es como un permanente diálogo pero suscitado por la confianza. Porque uno tiene confianza le habla, le agradece, le pide, lo trata cercanamente, con mucho respeto.
Rezamos para darnos cuenta de poder hacer su voluntad y no la propia. La voluntad de Él que es lo mejor que nos puede pasar! Por eso la oración es un hecho vital ms que verbal. A veces hacemos gala, o uso verbal de la palabra y nos quedamos en nosotros mismos. En cambio cuando uno reza y expresa verbalmente la vida, ah empieza a verse involucrado y transformado. Muchas veces nos dirigimos a Dios con la comisura de nuestros labios, pero no con la fuerza y la convicción de nuestro corazón.
Es lo que le puede pasar a un matrimonio: cuando no se hablan luego se tornan como extraños. Y es muy importante hablar, abrir el corazón, escuchar y ponerlo en práctica.
La oración es verdadera cuando uno expresa la vida y la vida es lo que es, es lo que hay que hacer, es lo que Dios nos pide, con ganas y sin ganas pero expresamos la vida! Y cuando es falsa la oración? Es falsa cuando se la disocia, cuando uno quiere convencer a Dios, cuando quiere engañar a Dios, cuando uno se engaña a s mismo. Por eso esa oración es ineficaz y débil. La vida y la oración no son separadas! Al contrario: la vida se expresa en la oración y la oración asume todo lo de nuestra vida.
Pidamos al Señor rezar, creer, confiar y decir: Señor ayúdame, ilumíname, para que yo haga tu voluntad y no la mía, que es lo mejor que me puede pasar, y cuando rece así Tú pones las condiciones y yo voluntariamente las acepto.
Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús

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