RESUMEN DE LA AGENCIA INFORMATIVA PELOTA DE TRAPO

Para defender la vida
La CTA (Central de los Trabajadores de la Argentina) ha dispuesto un cese de actividades de 15 minutos para el día Jueves 16 de octubre en todo el territorio de la república para repudiar los atentados cometidos contra el Hogar Juan XXIII (Don Orione) y Pelota de Trapo de Avellaneda y leer nuestra
Convocatoria contra el Hambre en cada lugar de trabajo. Actitud fraterna y de profundo amor hacia nuestros hijos.
Asimismo, la CTA junto al Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo convocan a abrazar a nuestros niños y niñas el mismo día a las 13 horas frente a la Plaza de Tribunales, Talcahuano entre Lavalle y Viamonte, Capital Federal.


Últimas noticias del Capital 08/10/08
Por Oscar Taffetani
(APe).- El narrador y crítico literario Ricardo Piglia nos dijo alguna vez, un poco en broma, un poco en serio, que El Capital, obra cumbre de Marx, podía ser leído como una novela policial.
“Porque el libro -argumentaba Piglia- habla de un crimen (el hambre y holocausto de una parte de la humanidad); habla de un asesino (el Capital) y se propone descubrir y probar la forma en que ese crimen fue cometido...”
Leyendo las últimas noticias del Jazz (hasta esa hermosa palabra, llena de resonancias, ha sido contaminada por el discurso oficial), nos viene a la memoria aquella humorada de Piglia. Pero a la vez nos dan ganas de tomarla en serio, y volver a narrar con nuevas palabras (tantas como hagan falta) ese viejo crimen del hambre, ese antiguo crimen de la explotación y la opresión.
De nombres y máscaras
Los meteorólogos les ponen a los huracanes nombre de persona. Es un procedimiento estándar, semejante al que siguen los astrónomos cuando bautizan una nueva estrella, un asteroide o un cometa. Así, los humanizan. A la vez, los naturalizan.
Por eso, cuando ocurren tragedias en las que hay responsables concretos (por ejemplo, las empresas constructoras e inmobiliarias que desprotegieron a la ciudad de Nueva Orléans), la culpa se diluye y los responsables no aparecen. Todo ha sido obra de... ¡Katrina!
A las repercusiones en escala doméstica de colapsos y temblores financieros, en las últimas décadas, también les han puesto nombres inocentes: efecto tequila, efecto caipirinha, efecto arroz, efecto jazz...
Hay mucha frivolidad y estupidez en la dirigencia, por cierto. Pero las máscaras creadas le sirven al verdadero autor de los crímenes -el Capital- para ocultarse una vez más.
Refugio para criminales
Muchas veces oímos decir con desparpajo, a dirigentes del gobierno y de la oposición, que el de los Estados Unidos es “un capitalismo en serio”. Ahora, esos mismos dirigentes proponen crear un “comité de crisis” para analizar el “efecto jazz”, así como las posibles medidas de prevención. Pasado el “jazz”, seguramente, volverán a hablarnos de “capitalismo en serio”. La burla no tiene fin.
Esos 25 (o tal vez más, de acuerdo a los registros de los hospitales) niños argentinos que mueren por día a causa de la desnutrición y las enfermedades de la pobreza ¿a qué crack pertenecen? ¿en qué efecto están incluidos?
¿Por qué no se ha creado -tras casi dos años de denuncias- un comité de crisis para detener el genocidio de las comunidades originarias en el Chaco, en Formosa y Misiones?
Dolorosas preguntas, condenadas al silencio como respuesta.
Hace unos días la Presidenta, en el cóctel de agasajo a una delegación de Bélgica, ofreció a los capitales que huyen de la actual crisis financiera un “buen refugio” en la Argentina.
A principios del siglo pasado nuestros dirigentes hablaban de una tierra de promisión y llamaban a invertir en el desarrollo argentino. A fines de ese mismo siglo, ya los dirigentes hablaban de oportunidades de negocios. Ahora, es el turno del buen refugio para los capitales (donde la Argentina vendría a ser una suerte de paraíso fiscal que ofrece servicios de impunidad al Capital trasnacional).Así están las cosas, mientras el reloj del hambre marca las horas. Y los criminales buscan un buen refugio. Y los medios fatigan el aire y los corazones con las últimas noticias del Capital.

Futuro imperfecto 01/10/08
Por Néstor Sappietro
(APe).- La información llega desde Posadas, Misiones, y dice que el 65,10 por ciento de los menores de 18 años está bajo la línea de la pobreza y la franja de los niños de entre 0 a 6, es la más vulnerable según proyecciones realizadas por una fundación no gubernamental con cifras oficiales que datan del censo del año 2001. El trabajo final cuenta también con números brindados por un relevamiento de la Universidad Nacional del Nordeste. Más del 60 por ciento de los jóvenes es pobre. El cuarenta por ciento no trabaja ni estudia.

La cifra es contundente, escalofriante… desconsuela.

¿Quién se anima a garabatear la palabra futuro ante semejante número? No se trata de una simple estadística. Alcanza con asomarse a cualquier esquina de nuestra geografía para encontrarlos. Son nuestros pibes, y más temprano que tarde van perdiendo la fe, la confianza… Asómese, están ahí, no figuran en la agenda oficial, pero están ahí. Creciendo en medio de la miseria, lejos del guardapolvo blanco, despojados de los mejores colores de la infancia porque para ellos solo quedaron los grises. Haga un simple repaso de las historias de estos pibes y podrá comprobar que, en la mayoría de los casos, son los hijos de quienes fueron expulsados del mercado laboral. Asómese, están ahí, vestidos de intemperie en el baldío de la vida. Ellos son parte del genocidio cultural y han sido formados con las leyes más oscuras de la supervivencia. Son los empujados al individualismo más feroz, y tratan de salvarse como sea, buscando el atajo que los ponga del otro lado de la miseria; o bien rodando de un empleo precario a otro y changueando sin feriados, sin aguinaldo, sin recibo de sueldo, sin obra social, sin vacaciones y agradeciendo porque al menos “encontraron algo”. Las cifras de la provincia de Misiones coinciden con el último trabajo realizado por la Dirección Nacional de Juventud (Dinaju), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, en el que se revela que seis de cada diez jóvenes son pobres en la Argentina.

Son más de 5.500.000 chicos de entre 15 y 29 años y sólo el 37,45 por ciento de las personas en esa franja de edad tiene un trabajo. Mientras esto sucede sin que nadie se alarme, la gran maquinaria de desinformación en su costado más tilingo reproduce desde todos los canales de aire la presencia de las llamadas “tribus urbanas” mostrando a los jóvenes como animalitos exóticos de extrañas costumbres y raros peinados, o bien los filman matándose con el paco, el pegamento o exhibiendo los fierros con los que saldrán a asolar los barrios de la ciudad. Todo suma para el show televisivo. Lo que no vende no se muestra ni se dice. El minuto a minuto necesita exhibir las miserias y no buscar las causas. No están interesados en explorar las razones del aislamiento o la desesperación de los pibes, simplemente exponen la resultante del abandono como si hubiera sido obra del destino. Seis de cada diez jóvenes son pobres y, sin embargo, el dato no aparece entre las urgencias de la agenda estatal ni de la agenda mediática. Esas mismas agendas que se escandalizan cuando ven crecer el índice de delincuencia y suelen pedir penas más severas para los menores. Seis de cada diez jóvenes que golpean una y otra vez a las puertas de un empleo digno, solo encuentran una nueva frustración como respuesta. Asómese, están ahí, a la vuelta de la esquina.

Están ahí, donde no hay quién se anime a escribir la palabra futuro.
Fuente de datos:Diario Territorio digital - Misiones 22-09-08

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