PARADIGMAS ARGENTINOS

Paradigmas argentinos. (II) Etica.
Posted: 11 Oct 2008 10:07 PM CDT
No es fácil separar virtudes y defectos. La valentía puede transformarse en inconsciencia apenas cruza una delgada línea o cambian las circunstancias. La prudencia roza la cobardía. La actitud principista puede trocar en rigidez, la flexibilidad, en falta de principios. Quiero remarcar esto, antes de recorrer el camino que la ética, como paradigma político, siguió en nuestra historia.
El movimiento que genera la revolución del Parque en 1890, impulsa principalmente un reclamo ético. El país no puede seguir discutiéndose entre unas pocas personas. Entendamos que el reclamo es por los derechos civiles, ante el fraude existente, no por la concentración económica.
La revolución es derrotada y un año después, Leandro Alem, uno de sus impulsores, funda la Unión Cívica Radical. Es interesante que el radicalismo surge como partido de oposición denunciante, así como el roquismo había recibido su impulso en un conflicto bélico, según vimos en el primer
post de la serie. Su impronta, con virtudes y defectos, llegará hasta nuestros días. Por eso acercaremos un poco la lupa, para examinar todo lo bueno y lo malo que se forjó en aquel inicio.
En 1896, Alem se suicida en un gesto político que se resume en la frase que dejará en la carta de despedida: “¡que se rompa, pero que no se doble!”. La frase me sugiere firmeza discursiva, pero fragilidad material. Escrita antes de suicidarse, evoca la renuncia como actitud principista, más adelante volveremos sobre estos conceptos.
A principios del siglo XX, queda claro que los derechos civiles no pueden esperar y que el radicalismo con su reclamo ético es quién mejor los representa. Durante esos años, se convierten efectivamente en la contradicción central a resolver, no solo hasta 1916, año en el que Hipólito Yrigoyen es elegido presidente, sino hasta la llegada del peronismo, ya que luego del golpe del 30, el fraude retorna rápidamente a un primer plano. Cuando el peronismo llega al poder, cambia hacia la desigualdad económica el eje principal de disputa.
Cuando en años posteriores se vulneran los derechos civiles de los votantes peronistas, es muy difícil para cualquier otro partido presentarse como defensor de la ética. Alfredo Palacios, desde el socialismo era una figura muy asociada a la ética, sin embargo, ¿cómo conjugar eso con su apoyo a la Revolución Libertadora? Lo mismo vale para la presidencia de Illia durante la proscripción del peronismo. Atención, no digo que vulnerar un solo principio ético invalide los demás (criticaré esta posición más adelante), pero sí que durante una época marcada esencialmente por la ilegalidad, la ética no puede ser la bandera principal de ningún partido que no sea el (o apoye al) proscripto.
Desde 1983 los derechos civiles esenciales se respetan, pero por supuesto la ética sigue jugando su papel. El principal logro del gobierno de Alfonsín, el juicio a las juntas, esta ligado a ella. El descrédito enorme que signa la posterior promulgación de las leyes de punto final y obediencia debida, tiene que ver con la fragilidad de la que hablábamos al comienzo, al referirnos a la frase de Alem. El imaginario del todo o nada, referido a la ética.
Personalmente disiento con esta postura, creo que la ética es un valor esencial a defender, pero está sujeta a las mismas dificultades prácticas que otros valores. Si las defecciones anulan los logros, corremos el riesgo de no encontrar nunca la pretendida perfección.
Es interesante contrastar la expresión de Alem con uno de los versos de Resistiré, canción popular moderna: “Soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie”. Esto también es una virtud y seguramente más cercana al sentir popular. ¿En qué expresión política argentina piensan al leer esta frase?
Durante el menemismo, el Frepaso plantea una vez más a la ética como eje, enfrentándola a la corrupción imperante. Por eso la Alianza se hace posible, Radicalismo y Frepaso se unen a través de ese concepto.
La renuncia de Chacho Alvarez se inscribe en esta línea. Ante los hechos de corrupción en el senado, acude a la tradición ética argentina, el señalamiento ampuloso a través de la renuncia. Esto es descriptivo y no crítico, ya que creo que su renuncia tuvo algunas de las virtudes que él pretendió darle.
Aunque suene irónico, creo que la mejor decisión de De la Rua como presidente fue su renuncia. Es posible que a la corta o a la larga hubiera sido inevitable, sin embargo, más de uno se hubiera aferrado al sillón y seguramente los muertos habrían sido muchos más.
El contrato moral predicado por Lilita se inscribe en esta tradición. Ella puede modificar sus concepciones económicas, ponerse a la izquierda o a la derecha, lo único que no está dispuesta a negociar es su imagen inmaculada.
El Kirchnerismo en sus comienzos respondió en buena medida a los reclamos éticos de la sociedad. La renovación de la corte y su política de derechos humanos son una muestra de ello. Las posteriores denuncias de corrupción en su contra provocaron uno de los principales desafíos actuales del Kirchnerismo, romper con el esquema según el cual, la ética es a todo o nada, y quién la defiende desde el poder, se expone a una situación inestable, frágil, quebradiza. Pero esto será parte del último post de la serie, en el que analizaré los paradigmas que signaron la vida política del peronismo.
Así, el paradigma ético, tiene como centro al partido radical, pero ha recorrido distintos lugares del arco político argentino. En el imaginario argentino quedó asociado a lo que debe ser inmaculado y fuertemente signado por los gestos de ruptura y las renuncias.

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