Mons. Frassia pidió aceptar los resultados electorales con serenidad

Mons. Frassia pidió aceptar los resultados electorales con serenidad
 Jueves 26 Nov 2015 | 10:01 am
Avellaneda (Lanús) (AICA): Monseñor Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, reflexionó en radios de Capital y Gran Buenos Aires sobre la solemnidad de Cristo Rey del Universo, y pidió aceptar el resultado de las elecciones con serenidad y con generosidad.

 El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, ofreció una reflexión sobre el Evangelio dominical, solemnidad de Cristo Rey del Universo, y pidió aceptar el resultado de las elecciones con serenidad y con generosidad.
 En su reflexión, el obispo pidió, en relación con las elecciones presidenciales de ese día, “aceptar los resultados con serenidad, con generosidad” y agregó: “Este partido de la Patria lo jugamos todos, porque todos tenemos que involucrarnos”.
 Monseñor Frassia también sostuvo que Cristo es el Señor y que su realeza asume un aspecto importantísimo de reconciliación universal. Cristo realizó esta obra de Dios cuando derramó su sangre en la cruz.
 El obispo explicó que en la cruz, Cristo nos redimió y que su realeza es universal porque tiene un gran poder “sobre todo” y “sobre todas las cosas”. Luego dijo: “Él está por encima de todo esto y todos nosotros tenemos que seguir administrando al Señor, que es el Señor de la vida y de la historia”.
“De allí el culto a la verdad, al amor, el servicio, la justicia, el respeto, la aceptación de lo diferente, la aceptación de aquellos que piensan distinto a nosotros, la tolerancia, el diálogo; ¡tantas cosas que tenemos que reconstruir! Ninguna realidad creada, ni todo ni de todos, escapa de su presencia”, dijo el obispo de Avellaneda-Lanús.
 Finalmente, el obispo concluyó su reflexión pidiendo que Cristo reine en los corazones de todos y envió su bendición. +

 Ver locución completa
“¡Que Cristo reine en nuestro corazón!” 
Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en el programa radial Compartiendo el Evangelio (Solemnidad de Cristo Rey, 22 de noviembre de 2015) 

" Pilato llamó a Jesús y le preguntó: "¿Eres tú el rey de los judíos?". Jesús le respondió: "¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?". Pilato replicó: ¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?". Jesús respondió: "Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí". Pilato le dijo: "¿Entonces tú eres rey?". Jesús respondió: "Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz". San Juan 18,33b-37

 Cristo es el Señor. El título de SEÑOR pasa a través del “siervo sufriente”, del “cordero traspasado”, de Aquél que vino a servir, de Aquel cuya realeza asume un aspecto importantísimo de reconciliación universal. 
 Por eso es importante que, en este día, todos aquellos que ejercen la elección ciudadana de un futuro presidente para nuestra patria, nos ayuden a buscar el bien común, el bien de nuestra querida Nación; aceptar los resultados con serenidad, con generosidad, y saber que este partido de la Patria lo jugamos todos, porque todos tenemos que involucrarnos. 
 La realeza de Cristo, donde Él asume esa reconciliación universal -“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”- no es olvido de las cosas, ni de la historia, ni de la memoria, sino al contrario porque sabemos que esa memoria también tiene que ser saneada y reconciliada. Y que esta obra de Dios se ha realizado derramando su sangre en la cruz. En la cruz Cristo nos redimió y su realeza es universal, tiene un gran poder “sobre todo” y “sobre todas las cosas.” 
 “Sobre todo” significa que Él está por encima de todo esto y todos nosotros tenemos que seguir administrando al Señor, que es el Señor de la vida y de la historia. Y “sobre todas las cosas” quiere decir que todas las cosas tienen que tener en cuenta su presencia, su carácter definido, lo humano y lo divino; que son cosas esenciales, pocas no muchas, pero profundas y que tienen que incidir en nuestra vida. 
 De allí el culto a la verdad, al amor, el servicio, la justicia, el respeto, la aceptación de lo diferente, la aceptación de aquellos que piensan distinto a nosotros, la tolerancia, el diálogo; ¡tantas cosas que tenemos que reconstruir! Ninguna realidad creada, ni todo ni de todos, escapa de su presencia. 
 ¡Que Cristo Rey reine en nuestro corazón! 
 Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén 

 Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús

Comentarios

Seguidores