“La cruz es un lugar de luz”, asegura Mons. Frassia

“La cruz es un lugar de luz”, asegura Mons. Frassia
 Miercoles 17 Sep 2014 | 10:24 am
Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, ofreció una reflexión por radios del conurbano bonaerense y de la capital federal sobre el sentido litúrgico de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, y al respecto, aseguró que al mirar al crucificado se puede ver el deseo de Dios de perdonar, cambiar y transformar al hombre. Asimismo, indicó que el cristiano es una persona de esperanza y que debe vivir con decisión en el amor, en la entrega, en la fidelidad, en el servicio y en el sacrificio.

 El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, ofreció una reflexión por radios del conurbano bonaerense y de la capital federal sobre el sentido litúrgico de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, y al respecto, aseguró que al mirar al crucificado se puede ver el deseo de Dios de perdonar, cambiar y transformar al hombre. Asimismo, indicó que el cristiano es una persona de esperanza y que debe vivir con decisión en el amor, en la entrega, en la fidelidad, en el servicio y en el sacrificio.
 El obispo explicó que el misterio de la salvación pasa a través de la cruz de Cristo: “Este descenso de Dios para con nosotros al hacerse hombre, y este hombre glorificado y exaltado, que asciende al cielo, es el que tiene autoridad, el que compromete, el que cambia, el que modifica intensa y profundamente el destino del hombre, el destino de la humanidad. El sacrificio de Cristo es un sacrificio de cruz y es un sacrificio de redención; y si es de redención también lo es de salvación”.
 Monseñor Frassa invitó a reconocer en el crucificado los dolores, los sufrimientos, las cruces, los límites, los pecados y las miserias de los hombres; pero advirtió que esta cruz “no es lugar de derrota, sino lugar de victoria”.
 “La cruz es un lugar de luz porque Dios nos puede modificar, perdonar, cambiar, transformar. El Hijo del Hombre, el Siervo de Dios, es levantado para que todos los que lo miren y contemplen queden beneficiados”, manifestó.
 “El cristiano –agregó- es una persona llena de esperanza. Esa esperanza no es colorear ingenuamente todos los acontecimientos de la vida social y del mundo para decir «¡qué lindo, qué lindo!». No. Pero sí el cristiano es la persona que tiene la esperanza que no depende de uno, sino que viene de lo alto, que viene de Dios”.
 “Si levantáramos la mirada con fe y si viéramos el sacrificio, el amor y la entrega de Cristo por nosotros, ¿cómo no vamos a cambiar?, ¿cómo no vamos a ser distintos?, ¿cómo no vamos a ser mejores? Que no le queden dudas a nadie: el amor de Cristo es inagotable y tan extraordinario que nos cambia la vida”, aseguró.
 Monseñor Frassia invitó a contemplar la cruz y encontrar en ella animación de la esperanza y decisión de vivir en el amor, en la entrega, en la fidelidad, en el servicio y en el sacrificio.+

 Texto completo de la alocución
“La cruz es un lugar de luz” 
Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, en el programa radial Compartiendo el Evangelio (Domingo 14 de septiembre de 2014, Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz) 

" Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida Eterna. Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.» (San Juan 3,13-17) 

 El misterio de la salvación, de la redención, de la gloria de Dios, pasa a través del misterio de le encarnación en el seno virginal de María y fundamentalmente pasa a través de la cruz de Cristo. Él es el único que tiene autoridad, como leemos en este texto: “nadie ha subido al cielo sino aquél que descendió del cielo” 
 Este descenso de Dios para con nosotros al hacerse hombre, y este hombre glorificado y exaltado, que asciende al cielo, es el que tiene autoridad, el que compromete, el que cambia, el que modifica intensa y profundamente el destino del hombre, el destino de la humanidad. El sacrificio de Cristo es un sacrificio de cruz y es un sacrificio de redención; y si es de redención también lo es de salvación.
 Cuando miramos al traspasado, al crucificado, entendemos todas las cosas: los dolores, los sufrimientos, las cruces, los límites, los pecados, las miserias de los hombres donde esa cruz no es lugar de derrota sino lugar de victoria. La cruz es un lugar de luz porque Dios nos puede modificar, perdonar, cambiar, transformar. El Hijo del Hombre, el Siervo de Dios, es levantado para que todos los que lo miren y contemplen queden beneficiados. 
 El cristiano, el católico, es una persona llena de esperanza. Esa esperanza no es colorear ingenuamente todos los acontecimientos de la vida social y del mundo para decir “¡qué lindo, qué lindo!” NO. Pero sí, el cristiano es la persona que tiene la esperanza que no depende de uno, sino que “viene de lo alto”, que viene de Dios. 
 Decía el tango que “al mundo le falta un tornillo”, porque está tan desarticulado, tan empastado y tan opacado. Pero si levantáramos la mirada con fe y si viéramos el sacrificio, el amor y la entrega de Cristo por nosotros, por todo el sufrimiento del mundo ¡cómo no vamos a cambiar!, ¡cómo no vamos a ser distintos!, ¡cómo no vamos a ser mejores! Que no le queden dudas a nadie: el amor de Cristo es inagotable y tan extraordinario que nos cambia la vida. 
 Pidamos que esta Exaltación de la Cruz sea también la animación de nuestra esperanza y la decisión de vivir en el amor, en la entrega, en la fidelidad, en el servicio y en el sacrificio. 
 Que Dios nos bendiga y que la cruz de Cristo nos salve a todos: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén 

 Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús

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